miércoles, febrero 21, 2007

No abandono

A las once y dos me doy cuenta: no tengo bestias para esta noche. Los lápices descansan un sueño de grafito mientras yo relleno una agenda griega con poemas de otros que me mueven, mientras me olvido de que el groso de hoy ha consistido en cortar y pegar en presentaciones de keynote (como powerpoint pero más elegante) las características y estrategias del aprendizaje de lenguas extranjeras... es el precio de tener viajes todo pagado al fin del mundo, en este caso, a Santiago de Chile (procuro no pensar mucho en ese viaje, me voy a Chile sin Santiago). En cambio regreso al recuerdo de la tarde: el silencio es posible aún con perforadoras y hormigoneras cantando la sinfonía de la civilización, cubrir el rojo tierra con cemento gris, hacer de los árboles un elemento secundario del paisaje... mis pobres murciélagos, en estos días no cazan en estos árboles. Sí. El silencio es posible: a ojos cerrados, con los labios sueltos, donde impera el reino del tacto, libres de la palabra y los himnos de la razón. A las once y dos me doy cuenta: no tengo bestias para esta noche. Los lápices descansan un sueño de grafito mientras mis murciélagos y yo lamemos cucharitas con mermelada de castañas.lf.

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