jueves, abril 30, 2009

Martes 28: huída pasajera a Tepoztlán



Tanto las visitas españolas, como nosotros, estábamos hartos de tanta alarma, así que, en vista de que todo estaba cerrado, nos escapamos a Tepoztlán. Ninguno de nosotros lo conocía. Por lo que había leído en internet esperaba algo así como San Miguel de Allende: pueblo arreglado lleno de tiendas para turistas. Pero resultó ser más pequeño y, aunque había hippies de marca en algunas esquinas, el sitio sigue siendo un pueblo de la gente. Caminamos por el mercado, visitamos el atrio de alguna iglesia, bebimos un chocolate maya frío y delicioso, y finalmente fuimos a comer al Tepozteco. Fue un verdadero gozo la vista y el paisaje, tener silencio, olvidarse de todo comiendo unas buenas quecas y una deliciosa cecina. De recuerdo me traje un caleidoscopio de esos hechos con tubo de laboratorio y me divierto como enana viéndolo a contraluz. lf.

No hay comentarios.: