Tengo una ventana de luz ambarina y un fantasma de aluminio rumiándome las ideas;
una cama dulce y revuelta que me amanece con melodías portuguesas;
una taza de té y un montoncito de libros...
un felino se enreda en estos rizos y me lame el hombro:
no hay nada que sofocar.
lf
No hay comentarios.:
Publicar un comentario