viernes, marzo 02, 2007

Lembranzas Marías

Esta semana compré un paquete de galletas marías para hacer un postre que hacía mi madre cuando yo era muy niña. Recuerdo aquellos años como los más felices porque la vida era sencilla: yo no iba a la escuela, papá se iba por la mañana al trabajo y mamá se repartía el tiempo entre la costura y cocinar cosas ricas para cuando él regresara, como un pay de galletas marías con lechera de limón. Por la tarde todo era juego y descubrimiento, y dormir era cosa fácil. Tiempo después, cuando las cosas se complicaron y ya no había tiempo para comidas elaboradas, yo echaba en un vaso una maría y mermelada de fresa, y así tres capas, luego llenaba el vaso de leche y me comía ese postre viendo la televisión. Eran épocas de miedos y secretos en los que nadie podía dormir. Finalmente llegué a la universidad y las marías remojadas en café fueron el alimento de muchas tardes de estudio, de semanas en las que ahorraba el dinero de la comida para escaparme con S. en cualquier oportunidad... Eso mismo he desayunado hoy, mezclado con recuerdos dulces y turbios, dejando que las sensaciones revivieran, que para eso tengo memoria y sentidos, para enterarme de que/é vivo, aunque sea por las galletas marías.lf.
P.D. Sí, todavía tengo la patita jodida y sí, siguen las obras, pero ahora en vez de perforadora, tenemos sierra para piedra.

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