martes, abril 15, 2008

Ver destinos

Hoy ha sido el segundo día del laboratorio con Campanari. Los integrantes nos hemos ido reconociendo en la calle, nos hemos saludado en el café, y ya en el salón, nos hemos visto los rostros sin miedo. Dedicados a desmembrar al cuento en sus partes, en distinguir entre aquello que es indispensable para que la historia camine y lo accesorio, entre aquello fijo que constituye el centro de la historia, y las variaciones que puede tener, nos hemos visto en la necesidad de pensar en aquello que existe más allá de lo narrado. Esto, que puede parecer obvio, es un ejercicio de suma complejidad: independientemente de la "escena" narrada, del punto de vista del narrador, y de aquello que se quiera transmitir, quien prepara el cuento debe saberlo todo. Llevamos este ejercicio de imaginación a la práctica contando una situación inicial y luego siendo interrogados sobre cualquiera de sus partes: lo ocurrido antes y después, los personajes, sus posturas y sentimientos, el clima, etc.

En mi caso ha sido una experiencia extraña: no se trataba de "inventar" seres y circunstancias, sino de encontrarlos, como si fuesen lugares a los que fuéramos y hubiese caminos escondidos para llegar a ellos. A pesar de que en primera instancia pude "imaginar" varios seres y situaciones, sólo un par de ellos me parecieron genuinos. Me esforcé por verlos, a ojos abiertos, mientras oía las historias de mis compañeros, y fui descubriendo que mis personajes tenían un destino que yo no elegiría ni podría cambiar, que sólo podría acercarme a ellos para contar ese destino y no otro, que sólo entonces podría responder cualquier pregunta sobre ellos. En palabras de Hugo Hiriart "Hay que recordar, empero, que la intuición del personaje incluye, y a punto estoy de decir, de plano, consiste, en la imaginación del repertorio de sus tramas posibles, y que mientras más nos acerquemos a él estas tramas se irán reduciendo hasta que el personaje tenga un destino...".

La consciencia de que estos destinos existen me resulta a la vez hermoso y terrible... debe ser por mi sentido trágico de la vida (semi-joke). lf.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pa ti sobre gatos:


Ia e vinha
E a cada coisa perguntava
Que nome tinha.

* * *

Iba y venía
y a cada cosa preguntaba
qué nombre tenía

* * *

Fernando Pessoa, Gato
________________________________________

Gato que brincas na rua
Como se fosse na ama,
Invejo a sorte que é tu
Porque nem sorte se chama.

Bom servo das leis fatais
Que regem pedras e gentes,
Que tens instintos gerais
E sentes só o que sentes.

És feliz porque és assim,
Todo o nada que és é teu.
Eu vejo-me e estou sem mim,
Conheço-me e não sou eu.

* * *

Gato que en la calle juegas
como si fuese en el alma
envidio la suerte tuya
porque ni suerte se llama

Siervo de leyes fatales
rigiendo piedras y gente
con instintos generales
sientes sólo lo que sientes

Eres feliz siendo así
tu todo y nada son tuyos
yo me veo y estoy sin mí
me conozco y no soy yo

* * *

Nuno Júdice, Zoologia: O Gato
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Um gato, em casa sozinho, sobe
à janela para que, da rua, o
vejam.

O sol bate nos vidros e
aquece o gato que, imóvel,
parece um objecto.

Fica assim para que o
invejem — indiferente
mesmo que o chamem.

Por não sei que privilégio,
os gatos conhecem
a eternidade.

* * *

Un gato, sólo en casa, sobre
la ventana para que, desde la calle,
lo vean.

El sol golpea los vidrios y
calienta al gato que, inmóvil,
parece un objeto.

Se queda así para que
lo envidien, indiferente
aunque lo llamen.

Por no sé que privilegio,
los gatos conocen
la eternidad.

* * *

Eugénio de Andrade, Acerca de Gatos
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Em Abril chegam os gatos: à frente
o mais antigo, eu tinha
dez anos ou nem isso,
um pequeno tigre que nunca se habituou
às areias do caixote, mas foi quem
primeiro me tomou o coração de assalto.
Veio depois, já em Coimbra, uma gata
que não parava em casa: fornicava
e paria no pinhal, não lhe tive
afeição que durasse, nem ela a merecia,
de tão puta. Só muitos anos
depois entrou em casa, para ser
senhora dela, o pequeno persa
azul. A beleza vira-nos a alma
do avesso e vai-se embora.
Por isso, quem me lambe a ferida
aberta que me deixou a sua morte
é agora uma gatita rafeira e negra
com três ou quatro borradelas de cal
na barriga. É ao sol dos seus olhos
que talvez aqueça as mãos, e partilhe
a leitura do Público ao domingo.

***

En abril llegan los gatos: al frente
el más antiguo, tenía yo
diez años, o ni eso,
un pequeño tigre que no se acostumbró nunca
a las arenas del cajón, mas fue quien
primero me tomó el corazón por asalto.
Vino después, ya en Coimbra, una gata
que no se quedaba en casa: fornicaba
y paría en el pinar, no le tuve
afecto que durase, ni ella lo merecía,
de tan puta. Sólo muchos años
después entró a la casa, para ser
señora de ella, el pequeño persa
azul. La belleza nos volteó el alma
de reverso, y se marchó.

Por eso, quien me lame la herida
abierta que me dejó su muerte
es ahora una gatita callejera y negra
con tres o cuatro manchones de cal
en la barriga. Es al sol de sus ojos
que tal vez caliente las manos, y comparta
la lectura del Público el domingo.

* * *