sábado, octubre 06, 2007

Saudade


Entre la Jornada con sus noticias como la de que agarraron al Tigre y la Reina del Pacífico, la lectura de Los Detectives Salvajes y Pocas palabras de Molotov al fondo (vean por favor la última línea de la pag. con la letra de la rola), siento una profunda melancolía por México. Algún europeo que no conozca mi país ni a ningún mexicano podría ir a ver esas noticias, leer la novela y oír la rola para luego decirme "¿Sientes melancolía por un país donde la primera plana del periódico es una narración surrealista de narcos (seguida de la aseveración del presidente de que "No habrá crisis"), que en la literatura se ve retratado con profunda desigualdad social, justicia inexistente etc. (pero con un profundo sentido poético y del humor) y cuyos músicos denuncian sin cesar que es un desastre?" "Un des-ma-dre" corregiría yo, asintiendo con la cabeza ( "ingue su a quien no le guste") y pidiendo un tequila doble. ¿Cómo explicarle a ese europeo hipotético que México es más de lo que puede leerse en los periódicos y la literatura, o verse en fotografías documentales o de turismo? ¿Cómo hacerle comprender que para nosotros es completamente normal ir a comer cualquier domingo unas truchas recién pescadas a las faldas de un volcán el alerta amarilla o que el maíz blanco es infinitamente más sabroso que el amarillo y dulce?

Al año de vivir en Castilla volvimos a México: su luz nos cerraba los ojos, todo nos parecía tan verde y exuberante que comprendimos que a los extranjeros les pareciera exótico. Al segundo año íbamos hambrientos y sedientos de chile, maíz, fruta y tequila, pero yo sobretodo de los antiguos afectos. Este año no hemos ido y no logro seguir las instrucciones de Quai Gon "Focus in the present, don't be mindful of the future at the expense of the moment". Pienso en México, en la suculenta estridencia de su ser natural, en mis padres construyendo su casa, en mi abuelo ahora solo, y me debato entre el deseo de volver y el miedo de reenfrentarme a su caos. Es absurdo, faltan 9 meses para volver (y parir la tesis ja) y aquí tengo una vida bien chingona, pero los afectos son así, se alborotan con cualquier cosa y aunque uno tenga o quiera tener alma de nómada esgrimiendo el argumento de que por sus venas corre sangre de marinero, la tierra llama.

Tengo que acabar de leer ese jijo libro pronto, conseguir una lata de chipotles ya, y pasar un día enterito de museos en Madrí, que la sobredosis de arte lo nutre y adormece todo... ah, se me olvidaba, también tengo que acabar la tesis, jaja. lf.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No es por echarle limón a la herida, pero te escribo la presente desde Zacatenco (México), la temperatura ronda los veinte grados, desayuné nopalitos con salsa y tortillas negras, en la calle la gente pasea impunemente sonrisas, amabilidades, sencilleces, y por ningún lado encuentro ese Apocalipsis del que hablan los mexicanos que llegan a París (todos unánimes en el "hay que salirse"). Yo vivo la nostalgia aquí, a pie juntillas preguntandome si de veras (?para qué, para quién?) me quiero quedar allá.

ÓL dijo...

Pero qué hijo de la chingada...
(Los Detectives Salvajes es la novela mexicana de los últimos tiempos.)

hf dijo...

De la requetechingada.... y yo aquí tratando de ponerme una pda con orujo de hierbas, que jijo... lf.