lunes, julio 28, 2008

Hoy, en tres momentos.


Amanecer. Iniciamos el día en el Jardín Botánico de la UNAM y cuando S. dijo "Este es uno de esos hermosos lugares que la gente que dice que el D.F. es feo ignora" me sentí como recién iniciada en un amor secreto por los rincones de la ciudad. Los senderos olían a miel de campo, a la florecilla anaranjada con las cinco yagas de cristo, a verde sobre piedra de volcán.

Medio día. Me enfrenté a la realidad de qué hacer con los dos kilos de tomate verde que compré compulsivamente en el mercado por 10 pesos. Su verde rodó por la barra de la cocina, inundó con su olor dulce la casa y acabó derramándose delicioso sobre una tortilla. Ahora tengo un litro y medio de salsa congelada y otro tanto en uso para los tacos y las enchiladas.

Anochecher. S. reconstruye la biblioteca, yo hago llamadas a antiguos sitios de trabajo. Los libros de aquí conocen a los cómics de allá. En las conversaciones hay esperanza laboral. Sonrío, afuera caen truenos que iluminan por segundos la ciudad entera. Va a caer una tormenta y mañana todo renacerá. lf.

Fotografía original de Rolando

P.D. Y mejor apago la compu, que aquí sí se va la luz, jijiji.

domingo, julio 27, 2008

A hora de México

Lentamente las cosas aquí van aclarándose: S. tiene ya un proyecto aceptado para trabajar y eso define nuestra estancia en esta hermosa ciudad de locura. En la casa todo va pareciendo más familiar: el olor al abrir la puerta anuncia la madera, la lluvia de cada tarde arrulla las lecturas, las cosas en la cocina se van haciendo más a mi mano. A pesar de ello sigo golpeándome con todo, se me resbalan las cosas y despierto de sueños aterradores. Hoy por la mañana, por ejemplo, estaba sosteniéndole el micrófono a alguien que debía leer algo en inglés pero lo leía en ruso cuando un grupo de soldados irrumpía en la conferencia preguntando por mí. Me llevaban detentenida, según las malas lenguas, por ser sospechosa del asesinato de una de mis antiguas caseras. Al oír el cargo primero me sentí tranquila, pues estaba segura de no haber matado nunca a nadie, pero conforme el sueño seguía me parecía descubrir que quizá tenía un secreto profundo y terrible oculto incluso para mi consciencia. Desperté sintiéndome frágil, agobiada y diminuta. Creo que no debo seguir leyendo "La carretera" de McCarthy antes de dormir...

He pasado el resto del día urdiendo posibilidades, imaginando proyectos posdoctorales, ensayando discursos frente al espejo del baño. Mañana me acercaré a mi antiguo lugar de trabajo a ver si alguien me reconoce, a ver si hay posibilidades de algo. Y esas son las cosas que pasan hoy que he cambiado el horario del blog de la hora de Lisboa a la de México. lf.

sábado, julio 26, 2008

Sabor a paraíso


Tamal oaxaqueño

Nopalitos, flor de calabaza y chilito amarillo para las quesadillas.

¡Tunas!


Hoy, que por fin pude dormir largo y tendido, me despertó el típico sonido de una bocina metálica que prometía el desayuno más rico del mundo: "Tamaleeeeeees". Armados con un carrito para las compras y una lista de frutas que en España son exóticas, nos lanzamos a uno de los mercados sobre ruedas más largos de país. En él se puede conseguir prácticamente de todo: ropa, comida cruda o preparada, discos, películas, aparatos electrónicos, peces tropicales, muebles, cerámica, plantas etc. etc. etc. Pero lo que nosotros queríamos eran nuestros tamales oaxaqueños en hoja de plátano y un atole de arroz. El trayecto hasta el puesto que los vende fue una delicia para los sentidos: las guayabas, papayas y piñas despedían un aroma dulce y maduro; las tortillas en comal y el caldo de barbacoa prometían el alivio a cualquier cruda; y la zona donde venden flores era sencillamente hermosa. Sin embargo, aquello que de veras me sacó una sonrisa profunda, fue la mano del marchante ofreciéndome una tuna recién pelada y diciendo "Ya están bien buenas güerita". Y que me la como y que me sabe a paraíso. lf.

jueves, julio 24, 2008

Home

Se han acabado los paseos de reconocimiento. S. ha iniciado sus juntas de trabajo y yo he pasado mi primera tarde sola en mucho tiempo. He observado a la que fue y vuelve a ser mi casa, con detenimiento. Está repleta de pequeños objetos latentes, de trozos nuestros de antaño. Me asombra la quietud, la lejanía del ruido de la calle, el exceso de luz. Deambulo. Es como si todo fuera nuevo y a la vez como si no me hubiera marchado nunca. lf.

P.D. ¡Ya tengo internet! :)

martes, julio 22, 2008

Embriaguez

El cielo en llamas



Orquídeas felinas


Mares verdes de maíz


y volcanes suspirando...


 Vivo embriagada en la luz de México. lf.

sábado, julio 19, 2008

Casa tomada



Nos llegaron los avisos de que nuestros amados libros habían llegado ya al correo, así que, ni tardos ni perezosos, pusimos manos a la obra en la reorganización de nuestra biblioteca. Estaban ya ordenadas todas las repisas de la pared frontal cuando de pronto las dos más altas sufrieron un inevitable desmayo y caída sobre S. cuya expresión pasó de la contemplación a la alarma. Fue prácticamente un milagro que ninguna le abriera la crisma y que nada cayera sobre sobre las computadoras. Así que ahora, entre los libros huérfanos de repisas y libros recién llegados, la nuestra es, literalmente, una casa tomada. Semejante arrojo, literal y enorme, me hace sospechar sobre las cualidades de movilidad de los libros, sobre sus delirios de grandeza y la posibilidad de que sientan celos ¿cómo, si no, se explica que los antiguos libros de S. ante la amenaza de la llegada de los nuevos, se lanzaran sobre él exigiendo mayor atención? ¡Motín! ¡Casa tomada! A ver si no toman también posesión de mi lado de la cama. lf.

De encuentros y despedidas


Jueves, 17 de julio de 2008
D.F.

Cuando llegó la hora de marcharnos, las despedidas nos parecieron inciertas. Bebimos cerveza o café en compañía de los amigos, y aunque nos abrazáramos o incurriéramos en la debilidad de alguna lágrima, las despedidas no anidaron en nosotros como definitivas. S. lo escribió en un correo: algo de sus ojos habita en nuestra mirada y si bien el regreso a México está repleto de experiencias propias nuevas y resucitadas, a menudo nos sorprendemos pensando en que a tal o cual amigo le llamaría la atención alguna cosa que para nosotros es normal.

Aquí, en esta, nuestra antigua casa, ha habido en cambio una despedida definitiva. Fuimos recibidos con sus antiguos ronroneos y durmió su última noche, como antaño, en nuestra cama. Me gusta imaginar un cielo felino, pensar que nos esperaba para despedirse, que fue feliz.

Después de eso todos los reencuentros han visto multiplicada su cualidad de milagro: reconocer en los de nuestra sangre antiguas formas y descubrir nuevos gestos; caer otra vez las rutinas de amor y falso desprecio con mi hermano adoptivo; ver a los antiguos amigos un poco alejados de nosotros e inmersos en realidades que todavía nos son ajenas.

Me parece como si todos hablaran con una melodía que, aunque ausente de mis labios, sigue siendo mía, que la cadencia de algunas cosas es un secreto a voces de lo que constituye al mundo, como la lluvia y el trueno que afuera de mi ventana insisten en pintar la noche de gris y el amanecer de un verde que se siente en los pulmones. Las luces del Ajusco brillan a lo lejos como la promesa de una mañana brillante y hermosa. lf.

martes, julio 08, 2008

bon voyage

Es la medianoche del martes para el miércoles, mañana al mediodía despegamos de nuevo para México. Hemos repartido media casa, tirado la otra mitad a los contenedores y volvemos con cuatro maletas llenas más de recuerdos que de ropa. Estamos profundamente cansados y por primera vez el vuelo de casi 12 horas se ve como una gran promesa de descanso. Han sido buenos años; honor sea dado a nuestra estancia en España: que los amigos sepan que los queremos y que los extrañamos desde ya, que en México tienen una nueva casa. Bienvenida sea la vuelta al antiguo hogar. Un conjuro para que el viaje salga bien, una bendición de todos los santos cuyas capillas hemos visitado, y un hasta pronto para quienes nos seguirán de este blog viajero al de la vuelta a casa. lf.

viernes, julio 04, 2008

Quería...


Quería escribir sobre Barcelona y mis amigos, sobre mi cumpleaños y el calor, sobre Gaudí y la ciudad. Quería pedirle disculpas a V por no contactarla, quería hacer un cómic y cocinar, quería dormir más, pero no puedo. La mudanza lo rebaza todo: 70 kilos de libros por correo, otros tantos repartidos en maletas para los amigos que nos harán favor de ayudarnos en este trance, cajas con cosas para regalar a los amigos, bolsas eternas de ropa que abandonar. Quería escribir todo lo que me recuerdan las cosas vistas en estos días, hacer un poema del terror de los libros en el barco, de mí, elgiendo que conservo y que dejo, pero la mudanza lo rebasa todo... puf. You have to train yourself to let go. lf.

martes, julio 01, 2008

Defensa de Tesis


Hace ocho días exactamente me levanté temprano pero serena. Desayuné, me duché y descubrí que no cabía en el traje que me había probado dos días antes. Mis rizos hicieron gala en los dos escasos mechones que sobreviven de mi melena y los zapatos me molestaban. Mi alergia, mantenida a raya con un nuevo medicamento, me daba tregua y, aunque lo que mi cuerpo me pedía era "how to dissappear completely" de Radiohead, los gritos de Janice Joplin cantando "Summertime" y la sonrisa de S. me dieron ánimos para salir en defensa de Tesis.

Además de mi tutora y de otra de sus alumnas no tuvimos público; todos mis amigos estaban haciendo examen de oposición o semejantes. Así que no hubo más presión que la del tribunal. Presenté a Tesis y ésta, con botas de tacón se levantó de su asiento e hizo un bailecito.

El tribunal tardó una hora y media haciéndome comentarios: que si el bailecito les gustaba o no, que si los bigotes de Tesis eran o no representativos, que si estaba constituida, como todas las quimeras, de bestias de diversos mundos, que si a pesar de ello no abordaba la escencia de la bestialidad. Escuché atenta, anoté todo, joder, hasta grabé el examen, y luego respondí brevemente que esa era su naturaleza, que sus bigotes no podían ser más representativos y que las naturalezas de otras bestias serían abordadas en otras creaciones. Me contuve y no les pasé una presentación con todos sus cómics porque algo me decía que ese arte no sería apreciado.

Esperamos la deliberación con el primer cigarrillo en muchísimo tiempo, los miramos por la ventana llenar papeles y sonreír, finalmente nos llamaron y nos aprobaron a Tesis y a mí con honores. Todos rieron mucho en la comida, yo sufrí un poco porque me pusieron a S. al otro lado de la mesa, lo cual reducía nuestra complicidad a guiños y expresiones escondidas. Y así, de pronto, le pusimos punto y aparte, que no final, al trabajo de casi cuatro años.

Hace una semana que me dijeron que ya soy doctora, pero todavía no encuentro a nadie que se deje operar. lf.


La imagen del humo es un trabajo de Graham Jeffery