jueves, agosto 28, 2008

One day at a time

Y sin saber muy bien cómo, de tanto pedir y pedir, esta semana me han caído varios trabajos. Ninguno ofrece estabilidad definitiva, pero casi todos son buenas promesas. Planeo mis clases, río con mis chicos, los disfruto. Me sorprendo con la variedad de personajes que andan sueltos en el mundo. Luego vuelvo a casa, cansada como no recordaba que podía cansarme y me da miedo no poder con todo, no estar a la altura. Antes de irme de México llevaba este ritmo de trabajo de locura todos los días y no me explico cómo lograba sacarlo adelante. ¿Será que me acostumbré demasiado a la vida quieta y de ciudad pequeña? ¿o que estoy envejeciendo? ¿o tan sólo estaré fuera de condición? Nevermind and just enjoy, one day at a time. lf.

lunes, agosto 25, 2008

25 de agosto

Hoy es mi santo. Hoy solía ser la fiesta de cumpleaños de mi abuelita. Nos reuníamos con ella, hacíamos mole y arroz, y tacos de queso fresco con aguacate maduro. Comíamos con ella, en la sala de su cuarto, repartidas en los sillones y en los tapetes mientras los hombres jugaban dominó en el piso de abajo. Ella era feliz regalándonos galletas de mantequilla, queso de tuna, danoninos pa' los niños. Y envuelta en su rebozo ocultaba la risa. Y antes de irnos nos hincábamos frente a sus manos y nos daba la bendición y esa bendición nos salvaba de todos los males. Era hermosa.

De regalo esta mañana he soñado con Ella, tenía los cabellos al rededor del rostro y los lentes puestos. Ella, mi madre y yo, hablábamos como hablan las mujeres en la cocina, de todo y de nada, mientras Ella sonreía y se comía un taco. Bendita sea la alegría de esa sonrisa, Mamá Luisa, aunque ahora la tenga sólo en sueños. lf.

miércoles, agosto 20, 2008

Lento

Sufro pequeños ataques de angustia en los que este bache de sobrevivencia e inestabilidad laboral se alarga y exagera. Aún así, me niego a la tristeza y me obligo a ver que las cosas, aunque lento, marchan. Salgo por la mañana y dejo que este sol me vaya arrebatando la palidez europea, voy a clase y disfruto de la disposición incondicional de los pumitas para aprender, vuelvo a casa y sonrío con las bromas que S. me hace antes de dormir, aunque parezca que rujo y soy fiera. Quisiera que esta esperanza mía fuese contagiosa, poder provocar fáciles y sinceras risas, aligerar esta sombría incertidumbre. ¿Será que tengo que volver a la necedad de los cómics a la media noche? Reírse de sí mismo, volver al saludable hábito de la pluma y aceptar que aquí las cosas suceden lento. lf

martes, agosto 19, 2008

I want to paint it blue!


Finalmente vuelve el sueño, aquel en el que uno despierta siempre en casa. La vigilia, por su parte, también se va llenando de sitios que se sienten como propios. Este fin de semana lo pasamos en casa de mis padres. Ese gran espacio blanco y lleno de luz. Salí al jardín y pinté una pared de azul, un espejo en recuerdo de los Jardines Majorelle , esos que con sus cactus, cuando estaba lejos, me recordaron a mi casa.
Luego vuelvo a esta ciudad a llenarme de su caos, a alimentarme de su ritmo, a cansarme felizmente en su paso. Procuro construirme en ella un futuro. Una sola tristeza me aqueja: el disco duro de mi amada y pequeña mac empieza a fallar y amenaza con desfallecer, así que si de pronto desaparezco de estos sitios ya saben por qué...

miércoles, agosto 13, 2008

Guijarros

En busca de una lámpara de escritorio anduve moviendo guijarros. Encontré dos canicas, una perla azul y una serpentina verde; un fósil de caracol que no recuerdo de dónde salió; una diminuta cueva de cuarzo diamantino y mi antiguo pezón de mar. Le quité el polvo, lo observé a contraluz para ver mejor la tonalidad anaranjada de sus pecas y, finalmente, lo puse sobre mi pecho izquierdo. Naturaleza fría de agua salada, que diferente eres de mi carne. Lo coloqué, como antaño, sobre la lámpara de escritorio de S. y me puse a jugar con un yuan floreado que trajo mi abuelo de la segunda guerra mundial. lf.

lunes, agosto 11, 2008

Vocación resuelta


Antes de entrar a clase, en una ventanilla donde debían darme mi lista, me confunden con una estudiante y me regañan por no formarme. Sonrío y subo al salón. Adrenalina a tope. Miedo a ser el centro de atención. Saben que soy la maestra porque traigo la grabadora y soy la única con libros. Me presento, empiezo la clase, a los 5 minutos soy incapaz de pronunciar "administrative" y se me sale un largo "¡Joooodeer!". Los alumnos me miran sorprendidos, murmuro "Sorry" con cara de niña traviesa y todos nos atacamos de risa. Después de eso pude pronunciar la dichosa palabra, recuperé "my sealegs" (pero de salón ¿serían classlegs), y fui sencillamente feliz. Esta tarde he estado cansada y radiante, con la risa fácil y el humor ligero. Cuando veo estas cosas me parece que mi vocación está claramente resuelta: lo mío es enseñarle inglés a los pumitas... aunque de vez en cuando me salga alguna grosería en castellano. lf.

domingo, agosto 10, 2008

Primer día laboral


Mañana vuelvo a dar clases de inglés. Estoy felizmente aterrorizada. Me encanta dar clases pero siempre me siento vulnerable, no tanto como maestra, sino como persona, ahí, frente al grupo. Me he probado los antiguos disfraces de maestra... ya no me siento cómoda en ellos, así que puede que en un desenfreno de personalidad me lleve la camiseta de Serial Kitten (joke). Jooo, bueno, un vaso de leche y a la cama. lf.

sábado, agosto 09, 2008

Azotea



Cuando cae sobre la ciudad la penumbra, me gusta subir a la azotea. Me acomodo en una esquina del edificio, recargo los brazos y la barbilla en la barda y me sumerjo: un carrito que vende camotes y plátanos, los ladridos de los perros, el murmullo de los coches inmersos en el laberinto, el silbido de un transeúnte. No veo ninguna de estas cosas y, sin embargo, están tan presentes como la media luna que frente a mí se oculta tras la neblina. Aquí el cielo está siempre vivo, lleno de nubes a que juegan a perseguirse, de cirros altos como poemas apenas dichos, de masas gordas y oscuras escupiendo truenos. Un grillo inagura la sinfonía del fin de semana, mi vista baja de la nube a la noche, al oculto perfil del Ajusco no habitado. Bosque negro rezando rebeldía, rezumando silencio sobre esta ciudad siempre viva. En el edificio de enfrente una chica se cambia de blusa y se maquilla, en el de atrás un hombre habla con su computadora y masca chicle, en el jardín de abajo dos jóvenes se escabullen entre los arbustos. El gato del primer piso sufre la crueldad de un cascabel recién puesto al cuello. Un día de estos me ganaré su confianza, arrancaré el cascabel de su collar y lo amarraré a un hilo largo largo. Pasadas las tres de la mañana lo sacaré por la ventana, lo bajaré hasta el primer piso y lo balancearé para que suene contra la ventana hasta que los durmientes de esa casa tengan pesadillas cascabeleras... confío en que a esa hora el gato esté echando novia y en que los durmientes tengan sueño ligero. Una sirena me trae de vuelta a la azotea ¿estaré sola? Hoy, en el cubo de la escalera había un alacrán negro. Mi instinto Guanajuatense gritó "¡Adrenalina y zapato en mano!" pero mi actual estado de admiración permanente me detuvo y me llevó a observarlo largamente. Creo que alguien lo había fumigado, porque no se movía. Donde hay uno hay dos, pero la azotea es muy grande y cabemos sin problemas. Quien sabe, igual y hasta nos hacemos compañía. Pobre alacrán moreno, muerto entre tanta vida... con suerte también le salen alas y allá va en medio de la noche mientras su vivo compañero llora su ausencia... Y en esas cosas pienso cuando me trepo a la azotea y dejo que la ciudad me engulla en su cálida inquietud. lf.
Pintura original "Otra ala de alacrán" de Vencia López.

martes, agosto 05, 2008

Giardias Catalanas

La noche de mi cumpleaños, en Barcelona, después de beber mucho mezcal y harta de una noche calurosa, me levanté de la cama, fui a la cocina y bebí agua de la llave. En mi estado de somnolencia febril, recordé, medio vaso ya bebido, que no debía hacer eso porque, debido a la sequía, el agua de la llave la llevaban en barco de no sé donde. Aquello me sonó a cuento catalán, pero como hasta Willy, el pez de la casa, nadaba en agua de garrafón, tiré el líquido restante y me fui a la cama.
Dolor de cabeza y panza débil son algunos de los síntomas que han tenido por resultado una receta médica de monodosis de antibichos digestivos. Mañana me zamparé dos pastillas de veneno puro para los protozoarios con 5 flagelos circulando en esta triste pancita. Pienso en que al menos cruzaron el charco y probaron delicias como la flor de calabaza, el huitlacoche y el tequila, manjares cuyos sabores son difíciles de imaginar en aquellos lares... aunque quién sabe... con eso de que eran giardias importadas traídas en barco...

domingo, agosto 03, 2008

Madrugada

Anoche, unos amigos muy queridos nos hicieron una fiesta de bienvenida. A pesar de que S. sigue enfermo y no tenía ni un hilo de voz, nos internamos en la noche para atravesar la ciudad y desquitar tantos años de lejanía. Bebimos tequila -con fines puramente medicinales-, y nos dejamos llevar por conversaciones con gente a la que extrañamos mucho, con amistades recién hechas pero bien enraizadas, y también con rostros nuevos y amables. Como S. no podía hablar, yo hacía por leerle la mente y los gestos y contar un poco desde ambas perspectivas... la noche se nos hizo madrugada y no sé si será por pasar del tequila al vino tinto y finalmente a la cerveza, pero al final de la noche, a pesar de no haber desvelado ningún secreto (ni que tuviéramos muchos) ni haber cometido excesivas imprudencias, me quedé con una sensación de pudor. Me sentí como una niña de 12 años que de pronto se siente vista. Ese es el precio de cuatro años con las emociones y los sueños adaptados a la expresividad europea, cuando de pronto y sin saber muy bien cómo, uno vuelve a la dinámica abierta de la convivencia mexicana...

Y nos subimos al coche pasadas las 3 de la mañana y C. con sus manos nerviosas y sus cabellos dorados, sacó de su bolso Musofobia, para mí. Y ahí, en medio de la noche, ese libro juntó los años fuera y la vuelta, y la madrugada se volvió sonrisa.

sábado, agosto 02, 2008

Cenizas del Popocatéptl


Encontré entre mis cachivaches una cajita con cenizas del Popocatéptl. Son más bien diminutas piedras cortantes... viéndolas y amasándolas en la palma de la mano comprendo que aquí puedo saciar mi deseo de observación: no todo tiene signficado, pero casi todo encierra una extraña belleza que no necesito comprender. Será que uno lleva este aire en la sangre... lf.

Casa recuperada




Pasan rápido los días. Además de contagiarnos buenas lecturas, sospecho que nuestro profeta de la carretera también nos pegó la gripa: S. ha pasado de la moquera a la pérdida de voz; yo me defiendo, pero no sin sucumbir a terribles dolores de cabeza. Eso no ha sido suficiente para detenernos, hemos reconstruido la biblioteca y hemos integrado los libros y cómics de España con los que, fieles, aguardaron aquí nuestro regreso. En estos hermosos rincones bañados de luz urdimos nuevas aventuras.
Además de reacomodarnos en la casita, parece que nuestro futuro promete cosas buenas: ayer recibí la excelente noticia de que volveré a dar clases a mis amados pumitas. I'm back in! Cuando recibo noticias así, sí creo que el mundo es un lugar seguro y amigable. Me duelen los cachetes de tanto sonreír... Esta noche hay fiesta de bienvenida con los cuates: abrazos, risas, pláticas en las que no hay que justificarlo todo. ¡Ah! ¡Qué bien se siente volver a casa! lf.