jueves, mayo 31, 2007

En lengua sintética


Hoy retomé por fin, con seriedad -es decir logrando un estado de concentración propicio para la generación, cuestionamiento, destrucción y reconstrucción de ideas- el trabajo de tesis. Cosas sencillas como revisar que la numeración estuviese bien, quitar comillas y poner itálicas, ver que los adjetivos desaparecidos se habían convertido en sustantivos más específicos, que en vez de "medios de transporte" era la idea de "movimiento" la que regía en la prueba de asociación... detalles así, manías de lingüista que busca las ideas debajo de las palabras. Depois foi a áula de português, um nove de final, uma chávena de té com leite, uma gantinha quieta e contente. Y luego, en medio de pequeños trazos negros, la pregunta de siempre en lengua sintética: What is it that keeps us going? Esta noche me asomaré a ver murciélagos y mañana tengo la promesa del Retiro. Voy a ver verde, mucho verde (y el puto polen no me lo va a joder) y puede que hasta nos asomemos al lago, puede incluso que Stanescu se oculte en algún camino y que la tarde esté llena de sonrisas. It's little things that keep us going. lf.

miércoles, mayo 30, 2007

Miau.

Léase para reír, que esto no es serio.
Comparto con mi querida Salamandra, además del timbre de voz insoportablemente agudo, el amor por una costa italiana convertida en violista y cierta debilidad por el té, los pensamientos en torno a los años que vamos sumando, pues nuestros cumpleaños están a penas separados por los días necesarios para recuperarnos de una fiesta para entrar a la otra (no olvidemos que el de la violista se encuentra justo en medio de los dos ¿dónde estás amada Amalfi?). A diferencia de la Salamandra con su natura juguetona y su hambre insaciable de mundo, yo me he sentido siempre vieja. Me miro, y el rostro, y el cuerpo, y los gestos son de otra época, la seriedad de las palabras, el "sentido pánico" de la vida, el miedo continuo a la tragedia. Esta mañana ahuyentaba ese reconocimiento con un escote pronunciado y delineador de ojos para acabar de convencerme de que en esta época, civilización y cultura, 29 no son muchos años, pero no lo sentí sino hasta dar con todas mis fuerzas el punto con el que le gané a S., como hago poquísimas veces, un partido de squash. Luego hemos vuelto a casa y sobre la mesa había un cheque por pago de regalías de los cuentos de Ceylán. Yo creía que la palabra y el concepto de "regalías" eran algo así como la palabra y el concepto de "utopía", pues anda que no. Cierto que para vivir de ellas hay que escribir varios best sellers, pero para un par de estudiantes como nosotros en este momento de incertidumbre, nos vienen, si no como una esperanza (eso nos queda claro, existen pero no son esperanzas), sí como un regalo. Luego cae de nuevo la noche; el delineador, el escote, el punto del squash y el cheque se van a dormir, y pienso en que quizá nunca antes había tenido tanta conciencia de ser y en que la mitad de nuestra vida ocurre oculta en otra parte, donde no sabemos muy bien qué es lo que hay, donde lo que ocurre es no solo intraducible, sino como dice S., impronunciable. Planeo la celebración con un mes de anticipación: voy a terminarme el herradura reposado que llevo un año bebiendo a cuentagotas, voy a comer bien y rico, y quiero un pastel extra-chocolatoso, que para eso sigo teniendo 3, 5, 12 años o los que hagan falta. lf.

sábado, mayo 26, 2007

260507

Entre la multitud, a veces me sorprende poder encontrarme; otras, me sorprende poder salir de mí. lf.

viernes, mayo 25, 2007

Camaleón que se duerme ¿cierra los dos ojos?


Esta semana se me ha ido de las manos sin que se me quiten las ganas que tengo de todo. Actividades acumuladas en el inventario mental para convencerme de que no pierdo el tiempo: muito estudo do português com un exame quasi certeiramente decente; chingos unidades para un máster en línea corregidas; tres libracos lingüísticos superficialmente revisados; A Russian beauty and other stories de Nabokov terminado y... ¿por qué tengo la sensación de que no he hecho nada? ¡aaaaa! ¡la tesis! ¿dónde quedó la tesis? Escondida entre todo lo demás se asoma y se burla de mí porque hasta hoy le he echado un vistazo y grita "Ua hahaahahahaaaaa" como loquita... Pobre, con corpus hasta de a dos e incompleta como un Frankenstein que no sabe cómo vivir. Así que llega el fin de semana con agenda de tesis bajo un brazo, y bajo el otro, con gran esfuerzo porque es corto, Tala de Bernhard, Ada or Ardor de Nabokov, Macunaíma de Andrade y Cantos de muerte de Georg Trakl (es lo que tiene atreverse a entrar en las librerías de Madrí). En tanto la tesis se descuide, Tala les ganará a todos los demás por antigüedad y lealtad a Alkmene ¿Por qué no podré interpretar nóminas léxicas a la derecha mientras leo todo lo anterior a la izquierda? ¡A veces quisiera tener ojos de camaleón! lf.

P.D. La imagen es Estels de Escher

martes, mayo 22, 2007

Eu gosto da bõa vida


Esta noche planeaba letras trágicas y de amor (que no siempre son lo mismo), pero con aquello de que el jueves tengo examen de portugués me hice de unos discos de samba y heme aquí, sambando mientras las letras trágicas se las comen los murciégalos perdidos jajaja. Me voy a la cama sambando con coro de Marisa Monte:

Procuro explicar o meu sentimento
E só consigo encontrar
Palavras que não existem no dicionário
Você podia entender meu vocabulário
Decifrar meus sinais, seria bom

Voçe percebe?
Bõa noite.lf.

P.D. O garabujo é meu, basado numos desenhos hopis.

lunes, mayo 21, 2007

En respuesta a Gombrowicz


La semana pasada estuvo dedicada a llenar papeles explicando objetivamente que nuestro trabajo vale la pena. Fue una semana dura, no sólo por tener que hacer el papeleo, sino porque los índices de polen en el aire eran altísimos, de manera que estábamos frente al ordenador con ojos llorosos, pañuelo en mano y bote de basura al lado. Acabamos agotados y con esa horrorosa sensación que dejan los trámites burocráticos de que el tiempo se ha ido quién sabe a dónde ... sensación de ser una nulidad como dice la cita de Gombrowicz en el blog de Alkmene. Necesitaba salvarme y dar una respuesta como la del cómic. Ojalá que siga lloviendo, que el polen disminuya, y nosotros podamos ir existiendo en más días, además del domingo. lf.

jueves, mayo 17, 2007

Descubrimientos lingüísticos del alemán

Estudiando el valor de los sufijos los y voll en alemán, que según me explica S. significan que algo carece o bien cuenta con otro algo respectivamente, el método de estudio pide al alumno que busque en el diccionario la palabra wertlos, cuya definición transcribo:

wertlos adj. sin valor, de agache. Mex. pinche.

Dudo que el objetivo del ejercicio fuese que nos dobláramos de risa, pero por lo pronto no se nos olvida la nueva palabra (que en mi reducido lexicón mental del alemán se coloca en grado de importancia junto a quesebrot, que no tengo ni idea de cómo se escribe pero que puede salvarme de la hambruna) lf.

miércoles, mayo 16, 2007

Dry Beauties o la Multiplicación de las Musas

No sé nada de él más que por los correos en los que nos invita a talleres dados por arqueólogos que llevan también su apellido. No creo que me lea. Temo a su resentimiento casi como temía (y temo) que tallereara mis textos. Pero los sueños son generosos y el universo freudiano nos reunió a él, a mí, a Random Access Rat (aunque casi no se conocieran), a Apeiron y Mieke, e indiscutiblemente a Kaliman y Mareaenvela, en un desayuno donde escribir era tan fácil como beber café o mirarse a los ojos. No se me tome a mal la referencia a las rubias, recuerden que esto es surrealista y freudiano:

Dry Beauties o la Multiplicación de las Musas

"Ai don min to sei enitin" dijo con esa boca diminuta, de labios finísimos y tan brillantes que parecería que de morderlos supurarían labial rojo y no sangre. Se llevó la tacita de té a los labios dejando la marca previsible y continúo "Jis comin". Otra, de labios idénticos, nos entregó, uno por uno, lo que nos correspondía. Nos miramos los unos a los otros sin saber muy bien qué decir, aguantando la risa de quien se halla en un sueño surrealista. Así que también nos llevamos las tazas de café a los labios, que no eran rojos, bebiendo sorbos grandes y ruidosos, tragos calientes llenando la boca, precipitándose por las frías gargantas, calentando una pancita helada y en ayunas.

"Wan eni siugar?" dijo empujando con su mano perfectamente manicurada una azucarera de vidrio transparente que bien podría haber sido una esfera de árbol de navidad. Todos meneamos la cabeza para decir que no, que nos gusta el café solo, negro y fuerte, que si no no se despierta la gente. Sus ojos azules bordeados por una línea digna del más célebre calígrafo fueron de un rostro a otro mientras su mano seguía empujando con pequeños golpes la azucarera. "Siugar, siugar" continúo diciendo mientras los ojos perdían serenidad y amenazaban con derretir la línea perfecta de sus párpados. Pensé en aceptar cuando la azucarera, que ya había acumulado fuerza a base de golpecitos constantes, cedió sobre sí misma rodando por la mesa, dejando en ella una línea de azúcar idéntica a la de sus párpados. Temimos la tragedia, los aletargados rizos de la rubia en el sillón y tras la barra, temblaban mientras hacía un gesto por contener los espasmos de su cuerpo.
"Sí, muchas gracias" le dije mientras cogía una cucharilla y me servía azúcar de la mesa. Entonces sonrió, se recargó en el respaldo y cruzando las piernas sacó de su chaqueta una cigarrera. "Smouk?" dijo alargando la mano. Todos aceptamos. Sacó un elegante encededor metálico y encendió su cigarrillo, luego se recargó sobre su lado derecho logrando que su escote enseñara medio pecho aplastado ofreciéndole, sin quitarse de los labios, el fuego de su cigarrillo al de al lado. Éste dudó un momento, se puso el cigarrillo en la boca y lo pegó contra el de la rubia hasta robarle el fuego. Todos encendimos así nuestro tabaco. Ella parecía complacida con la fraternidad recién creada, y como la conversación era a todas luces imposible, empezó a tararear una canción. Supusimos que también estaba en otra lengua porque no la reconocimos.
Bebí mi café azucarado a tragos grandes y ruidosos, a ella ya no parecía importarle, y estaba por terminármelo cuando él llegó, con esos lentes atigrados y la sonrisa pícara. Nos dimos besos y abrazos que se parecían a los del pasado. Nos acomodamos de nuevo en los sillones, y él ordenó que nos trajeran jarras y jarras de café. Otra rubia, idéntica, las puso sobre la mesa. Pensé en pedir que me cambiara la taza para volver al café negro, fuerte y aromático para despertar, pero a ella, sentada en el sillón, le rellenaron su tacita de porcelana con más té, levantó la vista para mirarme y no pude sino llenar mi cucharilla con más azúcar de la mesa. Sentía que oír el ruido de la cucharilla sobre la madera de la mesa era uno de los pocos placeres genuinos de su existencia. "Bueno, ya conocen a mi Gala -dijo él abrazándola sentada a su lado y de pie al otro- le gusta hablar inglés" "Y beber té azucarado" dije yo. Y entonces las dos rubias repartieron cigarrillos y los encendimos como antes, y desayunamos humo y cafeína como en los viejos tiempos de taller de poesía mientras las rubias nacían y se multiplicaban con las palabras que salían de sus labios y traían más jarras de café, más cigarrillos y libros vacíos para llenar con letrillas latentes. lf. 160507

lunes, mayo 14, 2007

Me enamoro, me desenamoro, me enamoro, me desenamoro...

Mi más grande problema en la investigación (seguro que tiene origen freudiano como todo jaja) es que cuando me decido por un tema de investigación lo hago por puritita curiosidad. No pienso en el bien de la humanidad, ni en las aplicaciones prácticas, ni en trasfondos filosóficos, pura y llana curiosidad: me enamoro. Y ahí voy busque que busque en los libros, en las palabras aladas, en el agua que forma el remolino final de la tina y, cuando ya lo tengo claro, quiero pasar a otra cosa y me desenamoro. El problema es que para solventar esa curiosidad me he metido en un doctorado y tengo un proyecto que terminar y tengo que explicar clara y objetivamente la pregunta primigenia del amor aunque yo ya esté en otra cosa mariposa. Afortunadamente la palabra está viva y de pronto, ante mis ojos, danza, y voy de nuevo enamorada a buscarle bajo la camisa esa cicatriz que sabe a sonido, a corazón, a sangre... y me enamoro. Por motivos éticos no me atrevo a poner el escaneo de una carta de mi corpus a la que vuelvo constantemente, cuando creo que estoy desenamorada, pero me voy a permitir transcribir un pedacito, uno sólo de tanto vivo, sólo para mostrar la desnudez de la palabra:
¡Hola! ¿Cómo estas? estoy muy bien en España. Ha pasado un mes desde mi llegar aquí, estoy trabajando mucho para aprender español. Pero todavía no puedo hablar o escribir mucho. Estoy triste, pero sigue estudiar y aprendré. Está más frío cada día en España. Está frío porque llueve todos los días. Yo creía que llovía poco aquí, pero en rrealidad, llueve mucho. Pero cuando está sol, está mucho calor. El rayo de sol es muy fuerte. Estoy preocupado si me enfermo.

sábado, mayo 12, 2007

Sevilla: el viaje inesperado



El viaje a Sevilla estaba planeado para presentar una comunicación en un congreso de lingüística (de la que sólo diré que quedé contenta) y para asistir a la investidura de Doctora Honoris Causa de Margit Frenk. El primer día se hizo de tren, pasos perdidos en el barrio de la Cruz, comunicación y nervios públicos, un río que se insinuaba al final de la calle. El segundo día sin embargo, fue una auténtica sorpresa: de biblioteca en biblioteca y de bibliotecario en bibliotecario, llegó a nuestras manos una caja llena de pliegos de cordel. Nunca había visto tantos de ellos juntos, antiguos y vivos, temblando, después de quién sabe cuánto tiempo, bajo los ojos atentos de este par de viajeros inesperados. Esa fue la primera de varias cajas. S. los tomaba entre sus manos, veía la primera y última página y me decía, a ojo de buen cubero, a qué año pertenecía, si estaba en otra biblioteca, si estaba relacionado con tal o cual obra de teatro y apurábamos entonces la danza del lente, pulso firme y páginas andando. Cuando llegó a sus manos un atadito me llamó la atención y me dijo "¡Mira! ¡Así es como salían de la imprenta!" y pasando las esquinas me mostró como cada uno, a pesar de ser la misma impresión, estaban en papel distinto, el que cayera para sacar los pliegos... Mis pupilas, sorprendidas y deslumbradas, no veían lo mismo que sus ojos. Entonces comprendí por qué pasamos tanto tiempo estudiando a pesar de que el mundo bien nos ha advertido que esto no deja para vivir, que por muy normales que seamos acabaremos siendo bichos raros, que para la sociedad actual cualquier cosa que tenga que ver con la cultura vale nada etc. etc. etc. Estudiamos estas y aquellas cosas, y muda nuestra mirada... con suerte podremos ver lo que nadie más puede ver, cosas que han estado siempre ahí, pero que no tenían ojos para ellas. Ayer, en su discurso de agradecimiento por el doctorado que le otorgaban, Margit entonó versos y nos explicó su significado, procedencia y parentesco con otros poemas y géneros, y además de todo nos sacó la risa más de una vez. Ella, con esa mirada tan mudada y bebida por tanta letra... ojalá nos sea concedida la perseverancia, la dedicación y la alegría para llegar a su edad con una mirada tan viva. lf.

P.D. La imagen es de un pliego de cordel del S. XVIII de la imprenta de Juan Rodríguez de la Torre. Cortesía de Random Access Rat. No pidan fotos de Sevilla que no tenemos, ella se nos queda en la memoria, con la promesa de vuelta.

lunes, mayo 07, 2007

¿Y?


No quiero interpretar mis sueños. Me gusta que sean así: raros. lf.

domingo, mayo 06, 2007

Garabujos

Pues... ya entré al flickrrrrr (link a la derecha, no, esa derecha no, la otra, abajo). Subí los garabujos, algunas bestias nuevas y fotos de la colección de texturas pero esas no las pude poner en un paquetito porque sólo tengo 3 gratis, así que si alguien se asoma y ve fotos de piedras, consideren que forman parte de una colección de texturas. lf.

sábado, mayo 05, 2007

Otra historia que seguro no me dejó dormir


Ayer en la biblioteca nacional le ayudé a S. a transcribir un pliego tristísimo en el que Sansón cuenta su historia, pide muerte y, al serle negada, va y los mata a todos. Esa es una de las historias biblícas que me sé de oído y no de vista porque mi madre solía contármela antes de dormir (la de sueños que he de haber tenido entonces con un ciego fortísimo y enfadado). Al hacer memoria, me dí cuenta de que lo que me gustaba de la historia era que Sansón recobrara su fuerza mientras daba vuelta y vuelta y vuelta como si fuera un burro, sacando agua del pozo de su tristeza. Me gustó que se cansara de estar triste, que se burlara de la inclemencia y que finalmente se vengara. Sí: me gustan las historias de venganza. Sonrío, es un gran descubrimiento. lf.

Imagen: Sansón y Dalila de Rubens.

viernes, mayo 04, 2007

Disturbing Nightmare

Pesadilla

El desasociego de un trapo putrefacto pegado a la espalda. Frente a los ojos una libreta de hojas blancas. En ellas, dibujos de seres antropomorfos. ¡Pobrecitos estos seres! Debían tener una existencia tranquila pues su mundo era estático, blanco y negro. Llega entonces una fuerza, un movimiento, el papel por sí mismo se transforma, los seres se ven cubiertos y recubiertos por hojas de papel cebolla que les añade más y más cosas, piernas y brazos extras; ropajes extravagantes, feos e innecesarios; texturas dolorosas, manchones amarillos y rojos, ojos en la cabeza, tentáculos en el torso... no es suficiente. Aparece un filo y empieza a cortar partes de una y otra hoja, los folios van y vienen. El dibujo, en una etapa de desnudez, llora desesperado, mirando las heridas y los trozos que junto con las demás capas le han quitado. El llanto es algo nuevo, el movimiento de sus manitas que se tocan los trozos de papel descascarado, la tinta que chorrea y lo distiende por la página, el movimiento es efecto, causa y efecto de su desesperación. El dibujo ve cómo sus lágrimas le chorrean las manos, como sus deditos se cuelan por un hoyo y van a dar a otra página, y el monito se asoma por ese hoyo, y sigue llorando, rompe con sus brazos el papel, se destroza el tronco y en vano intenta recuperarse. Vienen entonces todas las demás páginas de papel cebolla, se le untan encima y lo aplastan. Pobre dibujito a blanco y negro, tan feliz que era en su mundo a blanco y negro, en su hoja de papel sin movimiento... el desasociego de un trapo putrefacto pegado a la espalda.
lf.

martes, mayo 01, 2007

Primeras elegías


Hace a penas unas semanas sufría el horfanato de mis poemas de juventud y no sé a qué o a quién debo la generosidad de que nuevas letras, las justas, llegaran a mis manos. Parece cosa de azar -¿de intuición? sugeriría el músico-matemático- entrar en la primera de siete librerías, dejar vagar la vista por los estantes y el tapanco, para detener los ojos sobre la mesa en un libro boca abajo que reza "No me enfadé jamás con las manzanas porque fueran manzanas, ni con las hojas porque fueran hojas" y que el pensamiento que interrumpe la lectura completando ya irrespetuosamente, musitara "ni con mis ojos porque fueran ojos". Puede parecer simple esta idea de aceptación de las cosas, niego esa simplicidad. Once Elegías, la última cena de Nichita Stanescu guarda la búsqueda y tranmisión de los significados más elementales. Compro el libro y en la puerta sonrío al ver que este nuevo amado desconocido es rumano, y aquí, aunque desconozco la lengua y soy incapaz de pronunciar palabra alguna del original, debo decir que la traducción, sobretodo leída en voz alta, logra un buen ritmo. Leo y releo a cuentagotas, no quiero que acabe, deseo que ese pensamiento enraíce y se desarrolle en mí... algunas imágenes empiezan ya a hacerme eco, y sonrío al pensar que no diré "Este poema es mío" sino agramatical y honestamente "Voy siendo de este poema". lf.

P.D. Poco encontré sobre el autor en la red, en español, pero para quienes quieran asomarse sugiero leer primero I y II (que aparecen abajo en la página) correspondientes a la Primera elegía.