jueves, abril 30, 2009

Jueves 30 de abril: no hay día del niño :(

Uno de nuestros amigos nos dijo que lo primero que hizo al enterarse de la epidemia fue lanzarse al cine porque no iba a haber nadie. Pues ahora sí que nos han jodido. Yo pensaba celebrarme, sí a mis 30, este día del niño viendo la peli de Wolverine, porque veo todas las pelis de cómics y porque aunque son bien jaladas me río un montón. Pues nada, los cines están cerrados y los conejos de trapo se han agotado. Me consuela saber que preparé un delicioso chiffón de vainilla con el que todos se chupan los dedos y que me puedo pasar el resto del día acabando el tomo de Sandman... venga, unas palomitas y a pasarla bien.

Miércoles 29: huída epidémica a Puebla

El cierre de la UNAM hasta la semana entrante fue lo que nos decidió a tomarnos los días de contingencia como de semi-vacaciones familiares. Así que echamos un par de prendas y de cómics a la maleta, la wacom y la cámara, los restos de lasaña del refrigerador y unas vainas de vainilla que compré en Tepoztlán; nos trepamos al carrito y nos venimos a la casa de los padres de S. a Puebla. La carretera estaba cargadita y el camino seeeecoooo seeecoooo. Los papás nos recibieron, como siempre, con mucho cariño y una deliciosa comida. Había olvidado que son médicos y que muchas veces el tema de la sobremesa son los casos que tratan... supongo que es bueno ver que alguien se entretiene de lo lindo viendo el desarrollo de la epidemia sin sentir pánico... empecé el tomo IV de Sandaman y por la noche huí de rever Sunshine. Dormí como angelito.

Martes 28: huída pasajera a Tepoztlán



Tanto las visitas españolas, como nosotros, estábamos hartos de tanta alarma, así que, en vista de que todo estaba cerrado, nos escapamos a Tepoztlán. Ninguno de nosotros lo conocía. Por lo que había leído en internet esperaba algo así como San Miguel de Allende: pueblo arreglado lleno de tiendas para turistas. Pero resultó ser más pequeño y, aunque había hippies de marca en algunas esquinas, el sitio sigue siendo un pueblo de la gente. Caminamos por el mercado, visitamos el atrio de alguna iglesia, bebimos un chocolate maya frío y delicioso, y finalmente fuimos a comer al Tepozteco. Fue un verdadero gozo la vista y el paisaje, tener silencio, olvidarse de todo comiendo unas buenas quecas y una deliciosa cecina. De recuerdo me traje un caleidoscopio de esos hechos con tubo de laboratorio y me divierto como enana viéndolo a contraluz. lf.

lunes, abril 27, 2009

Desarrollo de la paranoia


Jueves
Avisan que no habrá clases el viernes. Mi madre, como bien sabe que nunca me entero de nada, me llama para avisarme. Me da un poco igual, pero preveo que tampoco daré clases el lunes. Les escribo a mis alumnos, replaneo mentalmente la semana. Pienso en un fin de semana largo y me da la alegría fácil de un día extra feriado.

Viernes
Se empieza a hablar de suspensiones más largas. Veo demasiada televisión. Me asusto un poco. Me duele la cabeza, como siempre, tomo un baño laaargooo para quitármelo y deshacerme de mi hipocondría inducida por los medios. Leo el tomo 1 de Sandman.

Sábado
Hay comida en casa de una amiga para darle la bienvenida a un profesor español que ha venido a dar un curso. Un amigo llama para avisar que no irá debido a la epidemia e increpa a la anfitriona, intenta convencerla de que no debe hacer la reunión, pero no lo logra. La mayoría de nosotros, profesor con esposa e hija de 3 años, acudimos sin mayor paranoia: todos estamos saludables y bien comidos. Dos amigas llaman, superan su miedo y llegan a la fiesta con todo y clamatos para las chelas. Después de dos tequilas nos reímos y burlamos de la situación. El profesor, antropólogo super alivianado, dice que ojalá después no tengamos que lamentarlo.

Domingo
Vamos al súper, hay mucha gente. Entramos y salimos tan rápido como podemos. Vemos la tele y empiezo a sentir que esto va un poco más en serio. Estamos en casa un buen rato y por la tarde salimos a caminar y fotografiar grafitis. Suponemos que no habrá mucha gente y ciertamente no la hay en las calles corrientes, el centro de Coyoacán, sin embargo, está como si nada: con sus puestos de papas, buñuelos y chicharrones y la gente feliz paseando su domingo. Leo el tomo 2 de Sandman. Hablo con mis papás y no me lo creo: ¡fueron a un retiro en una hacienda de San Luis! Se me hace un nudo en el estómago de enfado ¿no se supone que los padres deben ser responsables y poner el ejemplo? Cuando me despido, mi madre me pide que me cuide mucho y no salga. Me muerdo la boca y no le digo nada sólo porque el dichoso retiro la hizo muy feliz, pero me quedo muy enojada.

Lunes
Pasamos todo el día en casa. Salimos en coche sólo a la UNAM para intentar rescatar unos libros del instituto. Imposible. Está todo cerrado. Al volver me pongo a trabajar en forma. Estoy concentradísima y feliz porque avanzo favorablemente cuando... tiembla. Veo la tira de espejos y la lámpara, suelen moverse con el viento. Luego veo los cactus, esos no se mueven solos ni de coña. Me acomodo bajo el arco pero supongo que no es un muro seguro y me voy bajo la puerta de la cocina. Pasa pronto. Lavo ropa, preparo una lasaña espectacular. La concentración para trabajar se fue a la chingada. Vemos la TV. Cerraron todas las escuelas. Recibo correos de amigos en el mundo preocupados por nosotros y me encuentro a otros tantos en el mensajero. Me da gusto saber que se acuerden de nosotros, pero me canso de explicar que no hay gente enferma en cada esquina. Tomamos la siesta, sueño con otro temblor. Despierto. Veo a S. dormir profundamente y verlo así me tranquiliza. Acabo de leer el tomo 3 de Sandman. Subo a recoger la ropa. Se avecina una tormenta. Bajo, estornudo mucho y tengo la nariz congestionada. Sé que sólo es mi alergia, pero joder, ver tanta tele infunde miedos hasta en las experiencias más arraigadas. Escribo el blog, a manera de conjuro. Esto ya dejó de ser surrealista y anecdótico para ser un poco molesto. Descubro Little Dragon. Río con sus videos. Ha de ser bonito dedicarse a crear esos mundos.

domingo, abril 26, 2009

Y la vida sigue...


Coyoacán, domingo 26 de abril de 2009.

viernes, abril 24, 2009

Remedios caseros contra la influenza mediática


1. Prepárese un delicioso arroz con leche.
2. Elija como lectura del fin de semana su serie de cómics preferida. Si ésta trata de algo más grave que el apocalipsis, como el rapto del sueño, o la rebelión del anticristo, mucho mejor.
3. Si el miedo lo obliga a quedarse en casa, encerrado con toda su familia, por favor siga las recomendaciones de la TV y abra las ventanas. No por el virus, sino para que no huela feo.
4. Si le lloran los ojos o tiene dolor muscular, antes de llamar al número de emergencia, haga memoria: ¿tiene algún cargo de conciencia? ¿hizo ejercicio ayer? ¿le queda un poco de sentido común?
5. Si su alergia a las plantas lo obliga a estornudar ¡ocúltese! no vaya a ser que los vecinos le señalen, le persigan y le linchen por inhalar un estúpido polen de media tarde.
6. Si por la noche siente calentura y teme haber contraído la enfermedad, pellízquese ligeramente un pezón. Si siente cosquillas o placer, relájese, la calentura es de otro tipo.
7. Finalmente, cómase el arroz con leche. De nada sirve un buen platillo si nadie se lo come.

domingo, abril 19, 2009

Las cosas pequeñas

La sonrisa y el placer ocultos en las cosas más pequeñas: amanecer abrazada al cuerpo de S., desayunar salvajemente una torta de tamal con un jarocho, oír un buen disco. Veo la quemadura en mis dedos sanar lentamente, como si ese fuera un signo de vuelta a esta feliz cordura. Ya no me importa temer a algunas cosas... mi latido con su ritmo y un andar de mundo que no puedo comprender; sólo tengo que aprender a balancearme sobre las cosas más pequeñas. lf.

sábado, abril 18, 2009

Thunder is here


- ¡Yeh! ¡Yeh! ¡Yeh! ¡A partir de mañana podré volaaaaar! ¡volar! ¡volar!
- ¿Cómo? ¿Has pedido el don? ¡No! ¡No! ¡No! Volar es muuuuy peligroso. Puedes perder la cabeza, atorarte en los cables, ¡llegar a la luna! ¡No! ¡No! ¡No!
- Pero, yo siempre he querido volar... no pienso tejer el cableado público, ni dejarme decapitar. No no no.
- ¡Pero el cableado está ahí! ¡Muchos han muerto decapitados por él! ¡Muchos! ¡Muchos! ¡Muchos! Y otros enloquecen...
- Pero... yo sólo voy a volar aquí cerquita y voy a ser buena y discreta y a volar con los calzones puestos ¡puestos! ¡puestos! ...para no perder la cabeza.
SILENCIO REPROBATORIO
- Ven, ven, ven aquí y recuéstate en mis piernas.
- ¿Qué? ¡No! ¡No! ¡No! ¡No quiero que me inculques tu miedo!
- ¡A ja ja ja jaaaaaa! Es tarde. Ya me metí en tus sueños... ahora solo quiero consolarte, consolarte, consolarte.

Soñé que el cableado público me decapitaba mientras volaba. Desperté temiendo al don pedido, pero sonrío (irónicamente). Lo tengo, y a pesar de los miedos inculcados... un día de estos ¡voy a volar! lf

miércoles, abril 15, 2009

Mala racha

s - ¿Qué vas a hacer?
yo - Bloggear mi miseria
s - Pero ¿cómo si nomás puedes usar una mano?
yo - Con esta, y el dedo chiquito de la otra, me las arreglo:

Míseros eventos del día
1. Mañana. Amanezco con ciática, casi no puedo apoyar el pie derecho. Paso la mañana haciendo ejercicios y tomo mis robaxisales religiosamente a su hora.
2. Mediodía. Justo antes de echarla al agua, me doy cuenta -por un olor asqueroso- de que la pasta artesanal que ba a preparar está cubierta por un finísimo y repugnante moho. Odio el moho.
3. Noche. Preparo la cena y me quemo el pulgar e índice de la mano derecha justo del pliegue hacia afuera. Me quedó un tatuaje de barniz blanco de plato y duele un chingo a pesar de los analgésicos.
...podría haber sido peor... me podría haber comido la pasta o el plato se podría haber integrado a mi mano. De la ciática estoy mejor... pero me vendría bien que esto fuera un conjuro para acabar con la mala racha. ¡ála! ¡Que sea conjuro! lf.

Resignación

Hay días en los que me caigo muy mal... pero qué le voy a hacer. No puedo dejar de ser yo.

domingo, abril 12, 2009

Recuento de las vacaciones: Versión ilustrada



Cuando iniciaron las vacaciones, estaba inmensamente cansada. Sabía que debía trabajar, pero estaba un poco harta y con déficit de sueño. Dormí mucho.

En vez de leer lingüística, me leí todo lo que ha salido de 100 Balas y ahora espero con ansiedad el último número ... Cuando me llené de sueños e imágenes volví a trabajar en serio.



Me sorprendí desvelándome mientras armaba cosas para mis alumnos y mi proyecto, getting high on information, seleccionando cosas para ellos... y entonces volvió a mí una sonrisa profunda y genuina, sólo era cansancio, la verdad es que lo que hago me encanta. lf.

jueves, abril 09, 2009

Y los diablos en la calle



Decidimos quedarnos en casa, no aventurarnos a la carretera. Y dormir, y leer cómics, y trabajar (S. cansable pero perseverante, yo poco y sin presión... ¡culpabilidad!), y guardar silencio. Y me parece gracioso estar leyendo "Cien Balas" y luego encontrar diablos por la calle. lf.
P.D. Y ayer tuve clase de manejo, y pasé por las calles con jacarandas en flor, y oí sus flores tronar como si fueran palomitas... :)

lunes, abril 06, 2009

Cámara camarita





La semana pasada me compré una cámara que ahora vive en mi bolsa y me acompaña por ahí. Mi primera cámara me la regaló mi padre: era alargada y rosa, y no recuerdo qué fin tuvo. Cuando cumplí 18 papá me regaló SU cámara, una preciosa de lente que me acompañó mucho tiempo. Cuando nos fuimos a España se la devolví y ahora no sé dónde está. Mi nueva camarita se acurruca al fondo de la bolsa y asoma el lente en tanto oye su nombre. Se siente como una compañía, como un confidente, una forma de memoria. Estas son sus primeras vistas: la ciudad en un día cualquiera, su primer viaje y sus primeros andares nocturnos. Bienvenida camarita.