sábado, noviembre 17, 2007
No hay gallina
Uno de los scripts que S. me enseñó a hacer, me ahorra picar el ratón cual gallina cada vez que una de las palabras de uno de mis corpus no aparecía en el otro. Dicha maravilla me ha salvado de una tendonitis segura y de largas, tediosas horas de picoteo. Gracias a ello, ayer se añadieron a mis resultados otras 684 palabras. Además, un antiguo sueño empieza a cumplirse: mi sangre abandona antiguos jardines, siembra nuevos duraznos al pie de una obra negra, y cuando a media noche un pastor alemán blanco los despierta, saben que están en casa... La violeta que compré hace tres años llena de flores y que desde entonces se negaba a florear, vuelve por fin, y a principios de inverno, a sacar tres botones púrpura. Incluso la gripa de S. es pretexto para hacer unos chilaquiles y ronronear en el sillón. No hay gallina, y soy feliz. lf.
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