domingo, septiembre 03, 2006

Guarida

Hace tres horas volvimos a poner pie en las tierras de Castilla. Estrenamos aeropuerto con columnas de arcoiris, enorme y vacío. Tomamos tres autobuses y el pueblo nos recibió con un amanecer anaranjado. La luz de Madrid es, en comparación con la de México, opaca, así que insisto en encender la luz aunque sea de día. Antes de irnos cerramos el clóset con llave y ahora no podemos encontrarla. Menos mal que no encerramos la regadera (ducha) que es una bendición; menos mal que esta casa tan lejos de nuestra tierra, se siente también como nuestra guarida.lf.

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