miércoles, octubre 15, 2008

Diminutos reinos

En esta, mi nueva y ajetreada vida poblada de alumnos con ojos y orejas, idiomas y verbos, risas y reclamos-deseos, futuros, desvelos... me descubro llevando bitácoras sumamente detalladas de mi trabajo. Cuando lo pienso me parece un poco ridículo porque es como si mediante ellas quisiera dominar un mínimo trozo de mundo, ser la soberana de un diminuto reino, la escribana del caos de mi cotidianidad. Miro estas cosas: una mesa desbordada, un estuche de lápices con compartimentos, una libreta con banderitas, dibujos de bestias, poemas esbozados y en la memoria una secuencia circular de rostros y nombres. Comprendo, de alguna manera, que sobrevivo a mis propios deseos y que hay en ello algo alentador y aterrador al mismo tiempo. Entonces, sigo. lf.

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