lunes, octubre 30, 2006

México

Este fin de semana no pude postear. Blogger se empecinó en darme errores como si su negativa a darme voz fuese de alguna manera un acuerdo con mi ignorancia. No tengo TV, no oigo la radio, veo poco los periódicos. Me enteré de Oaxaca el domingo por la mañana con El País que es mi ancla obligatoria al mundo, luego el panadero me dijo "¡Qué revolución!" y yo regresé a casa a leer la Jornada y acabar como cuando niña, sin comprender fuera de las palabras las circunstancias que nos llevaban a tanto sufrimiento. Uno se va de casa y a cambio de la experiencia del extranjero se pierde la edad de todo: de la familia y los amigos, del país, de todo. Yo leo y sé que lo que puedo entender con las palabras no se parece en nada a lo que la gente que está ahí percibe... y temo.lf.

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