sábado, febrero 02, 2008

Días ciegos

A veces hay días ciegos. Recién nacidos e incapaces de distinguir su propia materia, se levantan y sobre sí mismos tropiezan, intentan andar pero sólo consiguen enredarse en su propia existencia, rodar y volcarse sobre sobre su nombre y su palabra, caer incesantes carentes de equilibrio. Cuando llega la noche, cubiertos de llanto y cansancio, se sientan y reflexionan: "Soy ciego" descubren para sí, y secándose el rostro con la última hora, se acuestan. Ante el reconocimiento de su condición se arrullan con una sonrisa y, finalmente, antes de dormir, miran un rabito de luna.lf.

1 comentario:

ÓL dijo...

Nada como los días descalzos, de los que te deseo muchos.