viernes, febrero 22, 2008

Tesis estrena alas (después de casi romperse la maceta)

La última semana se la hemos dedicado S. y yo, enteramente a Tesis. Egocéntrica como es, ha sido feliz con tanta dedicación hasta ayer. Ayer S. salió a correr. Cuando volvió me dijo sudoroso y turbado "¿Oye las alas de Tesis son de papel?" "No -respondí- son una aleación estadística de plata y nube" pero cuando la sentamos en un banquito en el centro del salón y la examinamos, descubrimos que dicha aleación había fallado: si tesis no se había roto la madre aventándose de la barra de la cocina era por puritita suerte. Tesis se sentó en el sillón y se puso a llorar quedito mientras nosotros revisábamos la fórmula de la aleación, la plata vieja de la familia y los nubarrones. Cuando dimos con la aleación correcta le fabricamos alas nuevas y la sentamos de nuevo en el banquillo para sustituirlas por las viejas. Tesis hizo berrinche: tiró golpes y patadas, berreos y cornadas, golpes bajos y mordidas. Decía que esas eran sus alas aunque no volaran, que le gustaban las alas de murciégalo y que las otras le valían madres. Finalmente lo logramos. Nos fuimos a la cama madreados y mascullando fórmulas, deseando vuelos duraderos. Esta mañana S. me preguntó en tanto abrí los ojos "¿Estás despierta?" "Sí, ¿por?" "Tengo algo importante que decirte, creo que las alas de Tesis se derretirán con el sol." Cerré los ojos, suspiré y rogué al cielo que ella no nos hubiera escuchado. Cuando salimos de la habitación la encontramos preparando café, sin las alas, ya las estaba tostando en una sartén. Nuevamente hemos dedicado la mañana a la fabricación de alas, esta vez volviendo a la antigua seguridad de la forma murciégala pero mejorada. Al terminar, S. salió a correr. Mientras tanto Tesis y yo examinamos las nuevas alas cuidadosamente, de un lado, de otro, a contraluz. Ya las echamos a la tina y flotan, no se derriten si las ponemos sobre el radiador y tienen la hermosa cualidad de ser traslúcidas. Tesis está más contenta con ellas, pero no se las ha puesto aún, dice que no hará el primer "flip flap" hasta que S. vuelva y hasta que cuente sus aventuras en el blog. Así que aquí estamos, ella en su banquito dictando, yo haciendo como que escribo lo que dicta, esperando el primer "flip flap". lf.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las esquinas son de papel y las golondrinas pasan desdoblandolas.