lunes, julio 28, 2008

Hoy, en tres momentos.


Amanecer. Iniciamos el día en el Jardín Botánico de la UNAM y cuando S. dijo "Este es uno de esos hermosos lugares que la gente que dice que el D.F. es feo ignora" me sentí como recién iniciada en un amor secreto por los rincones de la ciudad. Los senderos olían a miel de campo, a la florecilla anaranjada con las cinco yagas de cristo, a verde sobre piedra de volcán.

Medio día. Me enfrenté a la realidad de qué hacer con los dos kilos de tomate verde que compré compulsivamente en el mercado por 10 pesos. Su verde rodó por la barra de la cocina, inundó con su olor dulce la casa y acabó derramándose delicioso sobre una tortilla. Ahora tengo un litro y medio de salsa congelada y otro tanto en uso para los tacos y las enchiladas.

Anochecher. S. reconstruye la biblioteca, yo hago llamadas a antiguos sitios de trabajo. Los libros de aquí conocen a los cómics de allá. En las conversaciones hay esperanza laboral. Sonrío, afuera caen truenos que iluminan por segundos la ciudad entera. Va a caer una tormenta y mañana todo renacerá. lf.

Fotografía original de Rolando

P.D. Y mejor apago la compu, que aquí sí se va la luz, jijiji.

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