lunes, octubre 01, 2007

Ansiedad.


La ilusión del conocimiento me provoca ansiedad. Es un proceso doloroso en el que voy de la inmobilidad casi absoluta, de la imposibilidad de escribir dos palabras coherentes, al arranque frenético de arremeter contra mis uñas, lavar los trastes, andar de un lado a otro de la casa sin poder tampoco escribir dos palabras coherentes. Hoy ni siquiera nadar me ha tranquilizado. En el azul pensamientos hilados pero desordenados: una maraña teórico-vivencial-práctica hacía de cada brazada un golpe violento sobre el agua. Dicen que al llegar a los 30 años dejamos de crear sinapsis. Me pregunto si la batalla en mi cabeza es un esfuerzo por crear cuantas sean posibles en este último tramo antes de llegar al temido número, si mis neuronas alocadas se mandan señales eléctricas juntando por igual lingüística y cocina, piñones y amor, desahucio y recuerdo. Me rindo ante su batalla. Bebo una copa de vino y escribo listas insulsas de ideas inconexas, traduzco mal y con calcos la teoría que ha de crearme un universo lingüístico. No importa. Confío en que la ansiedad acabará por cansarse y dejarme en paz, todos nos cansamos, y entonces tendré tiempo de reescribirlo todo, o tirarlo a la basura. lf.

1 comentario:

ÓL dijo...

Sinapsis es una palabra tan sexy...