domingo, octubre 21, 2007

Diario de viaje, día 2. Vigo, 201007


En mi comunicación, que era sobre la base de datos con la que manejo mis más de 50mil palabritas, no logré comunicación. Estudiantes jovensísimos a los que les hacía falta beber más café me miraban con sus ojos soñolientos, una sonreía como si yo estuviera contando chistes, pero agradecí que por lo menos su cara expresara algo. Luego pasó: la moderadora hizo un comentario y supe que todo había sido en vano. En pocas palabras, despreció a mi base, pero además creo que nadie entendió que justamente esa base, mi amado Mr. Know (que así se llama), es más que una caja para organizar mis datos, nadie comprendió que Mr. Know, si le preguntas, sabe contestarte cosas sobre los córpora, cosas que sin él -por muy lingüista erudito y experimentado que se sea- serían prácticamente imposibles de saber. Sentí una tristeza enorme y decidí no volver a intentar exponer una investigación de tres años en 20 minutos.

Para olvidar la tristeza huímos a Samil, una playa rodeada de pinos y con rocas pobladas de mejillones. Comimos pulpo a la gallega (¡hmmmmm!) y luego nos dedicamos, S. a correr un poco, y yo a meterme al mar y recoger pequeños tesoros. Antes de despedirnos del mar nos trepamos en una roca a ver tímidas olas. Y así de fácil volví a ser feliz. lf.

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