domingo, agosto 06, 2006

Andar de creatura alegre

Ayer vimos "La doble vida de Verónica" de Kieslowsky. En ella se nos presentan trozos de la vida de dos mujeres idénticas pero que no se conocen y que viven en lugares distintos. A lo largo de la película vemos cómo hay ciertos sentimientos y sensaciones, aparentemente inexplicables, que abordan y desbordan a estas dos mujeres. Descubrir que, al menos en la película, el espectador puede conocer el origen y relación entre estos sentimientos, me hizo sentir una especie de tranquilidad. A veces, cuando uno siente cosas así, injustificables, incomprensibles, irracionales, después de darle muchas vueltas queda una resignación que se parece a una derrota: un no-saber. Ahora no. Ahora hay un "no sé y no importa" porque aunque yo no lo comprenda aquello sigue perteneciendo un orden, a un caos, a algo con vida propia. En esa ignorancia hay una belleza que se parece a la inocencia, un andar de creatura alegre, un sueño que se niega a ser soñado. lf

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