jueves, febrero 15, 2007

Mensaje misterioso


El domingo por la tarde, al regresar de Granada, el contestador automático del teléfono nos recibió con un único y enigmático mensaje: nada de voz, una rola entera de Gorillaz, risas, beso y silencio. Flipamos. Respondimos la llamada para saber de quién era, pero nadie contestó. Ahora, la historia corre entre los amigos adquiriendo categoría de leyenda urbana, ya que nadie se adjudica su autoría.
Mientras la leyenda crece, S. y yo vamos como alma en pena de biblioteca en biblioteca, pues nuestra calle aloja actualmente tres perforadoras, dos hormigoneras y varios viejitos que de pronto les gritan a los albañiles:"¡La masa chavaaaaal!". Yo cargo además con mi botiquín antiresfriados (cuídense que el p%nch! virus está c@brç'n) y mi cajita de kleenex. ¡Joé! Que lo bueno es que la vida está llena de magia.lf

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