jueves, mayo 01, 2008

Querer


Ahora que Tesis está enfundada en un traje color miel con botones dorados, ahora que se pule las alas contra el viento del balcón y espera fecha para volar hacia otros horizontes, vuelve la pregunta de siempre; aquella, la que vivió ahogada durante mucho bajo las voces de lo enseñado, de lo amado y de mis propios engaños. Sumergida en el sueño, llega él, se acurruca, me abraza, dormimos, lo quiero a él. Despierto, me visto y saco al Roco a pasear al parque donde los vagos, los de todos los días, me miran de reojo mientras una brisa todavía fresca, me hiela la cara llena de sueño. Quiero volver al aire, al sol, al acento de México y a mi sangre. En casa nos preparamos el café, lo bebemos lentamente mientras los sueños y los planes se mezclan en el plano de las palabras; quiero que él sonría, sonreír con él, quiero que la felicidad se asome en los actos de cada día, no como la explosión vendida de euforia, sino sencilla y vaporosa como la luz, como una melodía que se extiende sobre la mesa. He de cerrar los círculos abiertos de este lado del mar, tiraré la ropa, regalaré los libros y esperaré. A veces no es uno sino los días apiñados uno sobre otro los que abren la boca para decirnos qué es lo que quieren. lf.

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