domingo, mayo 18, 2008

Y no nosotros

Uno de los motivos por los que me gustan los blogs es porque parecen suspender la existencia de su autor en el último post escrito. Así, vamos siguiendo las narraciones de los familiares que están lejos, de nuestros enemigos y amigos, de los desconocidos en cuyo blog hemos ido a caer por azares del destino y a cuya escritura nos hemos enganchado. Leemos la última entrada y, con ella, aquel que la escribe queda inmerso en la memoria en un estado de ánimo, en una acción precisa, en un andar de vida que queda como fijo en una imagen mental. Y así hasta que vuelven a actualizar. No me queda la misma impresión con el diario, con el mío porque no leo el de nadie más -excepto el de S. que se está convirtiendo en diario bisiesto- que, quizá demasiado consciente de su no-lectura se construye de páginas más privadas, menos claras, expresando quizá más estados mentales y menos narración que el blog.

Sirva esta reflexión inicial para decir que hoy me apetece dejar mi figura suspendida en la sensación de la noche de ayer: empezamos por hundir los dedos en la masa de pizza, comimos, bebimos, charlamos como si no hubiera tiempo, y justo cuando ya nos despedíamos, cambiamos el plan y salimos. Caminamos por las calles a la media noche como si fuera el medio día, luego nos metimos en un bar a beber cerveza oscura, a llenarnos los pulmones con el humo de los cigarros ajenos, a gritar como gritan los españoles y a conocer a los amigos de nuestros amigos con el afecto propio de quien se lanza a la noche olvidándose de sí mismo. Y así pasó la noche y no nosotros. lf.

1 comentario:

Harmodio dijo...

Hola amiga. Ya vi que ya empezaron los rituales de despedida. Por acá más o menos también. México está lleno de energía.