jueves, junio 12, 2008

Inicio oficial de los actos finales y prometedores

Ayer salió el primer borrador de la presentación de tesis. El comentario de Harmodio, que no sé si iba para el examen o para mi texto varado, funcionó: hay que recordar que a uno le gusta su tema, y dejarse ir.

Hoy, en cambio, el día se llenó de actos a la vez finales y prometedores: compramos billetes para pasar mi cumpleaños en Barcelona -último viaje de este gran viaje-, y luego pasamos el día desmontando la casa, comprando cajas, desbaratando la biblioteca en libros para regalar a quien los quiera, libros para heredar, libros para llevar con nosotros, libros para mandar por barco, libros que nos han de esperar aquí.

El proceso para elegir lo que me llevo es simple, son, sobretodo, cosas directamente relacionadas con el proceso creativo: aquello que me ha servido o me servirá para hacer, aquello que he hecho. Como siga así dejaré toda la ropa y regresaré con un par de maletas llenas de tintas y colores, papeles y lienzos, libros y poemas. Me agrada ver que no me cuesta ese tipo de abandono, descubrir que no tengo miedo de regresar, que lo deseo.

Es extraño: la casa, ahora bastante más vacía que ayer, luce como un caos perfecto: libros en los estantes, en cajas, en la mesa, en el suelo. Es un panorama inquietante, como si aquellos que todavía no encuentran lugar gritasen pidiendo certeza... lf

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