martes, abril 24, 2007

A golpes la primavera

En Madrid he aprendido a predecir la llegada de la primavera por mi nariz, ya que, si bien las alegias heredadas de mi padre eran incipientes en México, aquí son un indicador infalible. Ayer fue el primero de esos días golpe: ojos llorosos, nariz acuosa y dolor de cabeza ambulante, así que por la tarde, antes correr el riesgo de ser atropellada por no ver nada al cruzar la calle (como el año pasado), fui por mi loratadina y megapaquete de kleenex. Un poco después de vuelta en casa, mientras preparábamos café, algo se estampó contra el cristal de la terraza y luego salió volando desorientado. El pecho y pico de la paloma dejaron una marca de polvo en el vidrio... con semejantes indicios me siento obligada a decirlo: hay a quien la primavera le llega a golpes. lf.

P.D. y así, un viaje será mi refugio... tengo esperanzas de que los olivos sean escasos.

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