lunes, abril 09, 2007

Salùd...

No sospechamos porque nuestra calle es una de las principales y todo el tiempo hay sirenas de policía o ambulancia. Qué gracia me hace que llamen sirenas a un ruido de terror o de muerte, como si ése fuese el canto irresistible. El caso es que no sospechamos, un par de años tranquilos, vendiendo en otros barrios, siendo extranjeros callados que construyen de día y mezclan de noche, y de pronto estaban aquí afuera, tirando la puerta, diciendo esas palabrerías paganas que no ofenden a nuestras madres ni a nuestras hermanas sino al propio Dios. Era tarde, no había mucho que hacer. Tiré por el baño la carga que tenía para vender esa noche y le ordené a Kaia que tirara por el fregadero el bote de avena. Las otras dos chicas estaban histéricas, "tontas" como dicen aquí, diciendo que nos deportarían, qué cómo escaparíamos. Ivan encendió un cigarrillo, bebió un trago de palinka y me pasó la botella, Georg se acercó quemando unos documentos para beber su parte mientras Kaia se acercaba también para beber. Sin importar en qué suelo nos juzgaran, tardaríamos en volver a probar un trago de buen palinka, ése que sabe a hielo, sueño y libertad. La puerta cayó, las chicas corrieron, a nosotros siguieron llamándonos con sus palabras carentes de elegancia, con los golpes torpes y bruscos de quien tiene pocas oportunidades de ejercer violencia sin recibirla en su propia carne. Las sacaron primero a ellas, las histéricas, y a Georg que los había recibido bailando y cantando sobre la mesa como un loco. Luego nos sacaron a nosotros y a Kaia. Esposados por la espalda, nos levantaban las manos para obligarnos a caminar con el rostro bajo. Hubo, como siempre, un público ocioso y macilento mascullando "Son extranjeros"... Ellos nos miraban desde la ventana, en los primeros minutos de año habían salido a la terraza y habían levantado sus copas para brindar con nosotros, de edificio a edificio. Nunca nos hablamos, pero entonces salieron a despedirnos. Subí a la patrulla escondiendo una sonrisa: los había visto comprar también una botella de palinka. Ojalá esta noche brinden por nosotros.

2 comentarios:

ÓL dijo...

Cool.

Alkmene dijo...

Ja,ja. Me ha encantado, sobre todo lo de pintar a la policía española como mancilladora de Dios en sus expresiones. Pero vamos, que son narcos. Todo juego tiene sus reglas.