martes, abril 17, 2007

¡Joé!


Hace días, mientras revisaba con hastío cuántos verbos aparecían en las listas de mis alumnos, filosofaba sobre la sencillez de mi trabajo: lo mío es poner atención. Frente a mí listas y cálculos y lo único que tengo que hacer es verlos con atención y usar mi sentido común para explicar si hay algún orden en ellos. Un simple trabajo de observación... y hoy me doy cuenta de que la cajetié: mis listas no estaban en orden por lo que las interpretaciones que llevo haciendo desde la semana pasada están mal. Ya no me malviajo, me ahorro el tiempo del berrinche para recuperar trabajo, pero no he podido evitar preguntarme si con el tiempo en vez de aprender algo no me estaré volviendo más estúpida. En fin. Como de todo hay que reírse y prefiero dibujarlo que tenerlo en pesadilla, aquí les va el método más innovador para que hablantes nativos y extranjeros aprendan el abecedario en español: El Quetzal Parlanchín sin Cola (para evitar a los cazadores furtivos sin intereses puramente lingüísticos). Que lo disfruten. lf.

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