miércoles, junio 06, 2007

Tala

Esta noche he terminado de leer Tala, de Thomas Bernhard. Me he precipitado sobre las últimas páginas, como el personaje se precipita sobre el final de la noche. He corrido junto con él hacia el centro de Viena cual si corriera al centro de cualquiera de mis hogares mexicanos, para reconocer en el frenesí de esa carrera que no hay falsedad en los sentimientos opuestos y vivos a la vez. Tala es al fin un duro espejo, el odio y la saudade de casa. lf.

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