viernes, diciembre 14, 2007

Púrpura


¿En qué momento caí en la espiral de la prisa sin sentido, del segundo en sí mismo acribillado, de la contractura física del tiempo? No. Me dejo caer, profundo, en amadas palabras viejas conocidas. Vuelvo en los ratos muertos de autobús al barco que Nâzim Hikmet reservó para los soñadores, pronuncio un "No" firme al terror de contextos infantiles tergiversados que me despierta a horas intempestivas, y acurruco la nariz en los cabellos dormidos de S. que saben siempre a verbos tranquilos flotando sobre el agua. Al amanecer, dejo que los dedos tecleen, como hipnotizados, esta tesis que insiste en creerse gallo y despertarme con el primer rayo de sol. Vuelvo a la cadencia de las oraciones infantiles no afiliadas a ninguna religión, al desconcierto púrpura de esta violeta que en pleno invierno abre cinco flores y multiplica botones, vuelvo al privilegio de la vida privada. lf.

Traducción del poema de Fernando García Burillo

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