miércoles, agosto 20, 2008

Lento

Sufro pequeños ataques de angustia en los que este bache de sobrevivencia e inestabilidad laboral se alarga y exagera. Aún así, me niego a la tristeza y me obligo a ver que las cosas, aunque lento, marchan. Salgo por la mañana y dejo que este sol me vaya arrebatando la palidez europea, voy a clase y disfruto de la disposición incondicional de los pumitas para aprender, vuelvo a casa y sonrío con las bromas que S. me hace antes de dormir, aunque parezca que rujo y soy fiera. Quisiera que esta esperanza mía fuese contagiosa, poder provocar fáciles y sinceras risas, aligerar esta sombría incertidumbre. ¿Será que tengo que volver a la necedad de los cómics a la media noche? Reírse de sí mismo, volver al saludable hábito de la pluma y aceptar que aquí las cosas suceden lento. lf

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