viernes, enero 11, 2008

Weekend


El fin de semana se desploma como una idea que cae sobre sí misma y se hunde. Esta tarde ha llovido y en mis sueños he visto árboles blancos, costas con parajes de piedra, sol. Mañana voy a recoger una maleta de regalo y voy a dejar que ruede, vacía, por la ciudad. La pared se desdobla en la sombra de una planta que cae, extiende su carmesí hasta mis manos, palpita: no a la brevedad, a la planeación, a coherencia y cohesión, a la brazada perfecta, al calendario y la hora en punto. Doente, saudade y un blues para dar lugar a la sonrisa, a los labios por placer mordidos, al salto de agua en profundidad efímeramente vencida, al recuerdo del hielo, a las palabras sin sentido. Las horas se reunen y se comen entre sí hasta que no queda ni una entera, luego me pierdo viendo una gota de agua en el fondo de una botella azul, que rueda, cae, y vuelve siempre sobre sí misma. lf.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me pongo de pie y aplaudo rabiosamente tras leer esta nota de blog: soy un lector complacido: bendita prosa.

Anónimo dijo...

Silent Peaceful no fue una sola vez. Millas atras, en la carretera, habia pajars que trinaban.

Bien chido