sábado, septiembre 22, 2007

Admitiendo naturalezas

Toda aquella buena amistad que me haya visto con más de tres vinos encima y haya insistido en la conversación, conoce mi teoría sobre las naturalezas, concepto dulcemente sembrado por aquella amiga con nombre de costa italiana en los ratos de descanso de su viola atigrada. Para mi, la naturaleza de una persona está conformada por aquellas características innatas que nos persiguen a lo largo de la vida. Nuestro destino es lidiar con ella, y si algo no cambia a lo largo de los años en nosotros, es nuestra naturaleza. Con este concepto analizo y decoro mis relaciones y afectos, mis propias tendencias y decaimientos. Sin embargo hace un par de días ÓL vino a darle en la madre, elegante y graciosamente como siempre, a toda mi teoría con lo que él llamó en su blog "La frase del todo". Nunca estuvieron mejor reunidas todas las naturalezas en una misma frase, y hacía mucho que no recibía una invitación tan grata a reírme de mí misma, así que para empezar, aquí va la más limpia de las patas, el más inocente de mis alter egos (eso era un chiste). lf.

2 comentarios:

ÓL dijo...

Oh, qué bonito...
Y ese, por cierto, era el sistema que utilizaba La Consentida para tomar la leche: se mojaba la pata, la chupaba, se mojaba la pata, la chupaba...

hf dijo...

jijijiji lf.