miércoles, julio 11, 2007

París: queso, pan, vino... e internet "gratis"

Salimos en la madrugada, llegamos dormidos y la primera mañana en París nos supo a prisa entre calles arboladas y edificios, muchos, todos, bien pintados, bien bonitos... llegamos por fin al congreso. Cosa rara: acentos de español de todas partes (todo menos erres guturales) eméritas calvas eruditas, mujeres de tacón, labios rojos y bolsos atestados de libros. Afortunadamente había ahí voces familiares y abrazos dispuestos a escapar de todo, antiguas voces amigas que conocedoras del paisaje nos guiaron por los puentes hasta el barrio latino. Sí: París es escalofriantemente hermosa, uno la camina, va y viene, y sigue siendo hermosa. Da miedo, hasta los clochards se ven bien. Lo único que va mal es la ecodomía: todo es carísimo. Así que hemos vuelto a la antigua estrategia del super y aquello fue una revelación olfativa: el super huele a queso ¡es el cielo! Hoy vivimos de queso, pan y vino, hemos visitado también la patiserie, y con esta deliciosa masticación vamos asimilando los trazos siniguales que por la mañana nos llenaron los ojos de los impresionistas. Nos duelen las patitas de tanto andar, pero da igual, al rato nos escaparemos de nuevo a ver edificios y gente bonita, a oirla mascullar esta lengua nasal, a reirnos de su aparente solemnidad y es que eso es lo que les falta, reírse más en público de tanto bienestar. lf.
PD. La reunión de blogueros se ha fijado: mañana, a las 9pm, en las rejas del Panteón. ¿No les encanta? “Blogueros requetevivitos sin rostro se reconocen frente al panteón”

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