martes, julio 17, 2007

Regreso

Regreso lentamente a ésta, mi casa y sus costumbres: libros, música, plantas y garabujos por todas partes. Sufro de ese delicioso mal de post-viaje en el que las vivencias se convierten en recuerdos. Los síntomas son un cansancio absoluto, un sentirse abrumado entre una realidad viva y otra agonizante, un deseo no admitido de ser para algunas cosas Funes el Memorioso. Todo esto viene acompañado de la feliz incredulidad de la renovación de la beca. Además de lo que eso significa en términos formalmente académicos -entiéndase terminar la tesis y regresar titulados a México lindo y querido- para mí significa la sobrevivencia de un par de proyectos creativos en marcha que de otra forma habría tenido que interrumpir. Saboreo las líneas que vendrán esta tarde, la tinta que felizmente me manchará los dedos. Tengo la libreta de viaje llena de notas para el blog: soportes invisibles en espaldas de mármol, un musofóbico sonriente con una novela bajo el brazo a media noche en París, el tesoro de un copista con acento norteño, la arena en óleo que da volumen al sexo desvelado en los cuadros de Balthus, pero todo está tan fresco, mis ojos tan callados, todo vendrá después del sueño. lf.

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