viernes, abril 14, 2006

01 marzo El Mayor Monstruo del Mundo




Esta mañana tuve un sueño impresionante, como aquellos de cuando era niña. Estábamos en algún lugar de las montañas, hacía frío y en lo alto había nieve. Habíamos comido ahí en un restaurancito que era del que en la vida real es el panadero, pero en el sueño éste se dedicaba a encuadernar libros y libretas (además de atender el restaurante), era un hermoso trabajo. Daban las 6pm, habíamos perdido el tren, a S. esto no le preocupaba, decía que bajaríamos a dormir a la ciudad y al día siguiente nos iríamos a Viena. Así que bajamos a la ciudad que era enorme, no sólo por su extensión sino por todas sus dimensiones: las calles eran anchísimas, los edificios enormes, éramos como enanos en una ciudad de cantera dorada con bolutas y hojas de parra grabadas por todas partes. Daba esa luz anaranjada de la tarde, cuando el sol nos recuerda su soberbia justo antes de desaparecer y entonces todos empezábamos a correr. Había gritos y desesperación entre la gente. Nosotros corríamos cuesta arriba, S. me llevaba de la mano y me jalaba para que no dejara de arrastrar mi pesado cuerpo, entonces volteé el rostro hacia la izquierda y entre los edificios, lo ví: era el Mayor Monstruo del Mundo. El perímetro de su cuerpo nacido como un grabado de duras líneas negras se sobreponía a la ciudad en su hora más dorada. A la distancia, podía ver gran parte de su cuerpo aunque el resto se ocultaba entre los edificios.Ví su rostro por un momento y después el negro de las líneas firmes que dibujaban sus patas rompiendo el pavimento de las calles. La visión duró a penas unos segundos, teníamos que seguir huyendo de él, cuesta arriba, pero su magnificencia ya me había marcado. Ahora miro nerviosa por la ventana; temo y deseo al mismo tiempo volver a verlo.lf.
10:09

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