viernes, abril 14, 2006

4 a 17 de enero de 2006

17 enero
Paisaje
Poco a poco voy perdiendo la arena que traje escondida entre los cabellos, las ropas y los pensamientos. Regreso lentamente a esta tierra de Castilla, al trabajo académico, a la traducción de los cuentos que, como un niño pequeño empeñado en seguir en brazos, exige mi atención. Aquí dejo de ser una sorprendida perpétua, una despreocupada del mundo, una soñadora empedernida, aquí me quito las botas siete leguas, los pantalones de viaje y la mochila, dejo de ser el ente asexuado que viaja con hambre de ver el mundo para ser la mujer de falda larga y cabellos sueltos que frente a los libros o el ordenador se pone a disertar sobre la vida de las palabras en las cabezas de los hombres. La transformación es lenta y dolorosa. Inevitable. El recuerdo se va difuminando, se marchan primero los sonidos, después los olores, quedándose con más facilidad las imágenes, algunos sentimientos e ideas. No hemos regresado los mismos de este viaje. Pasamos muchas horas en autobús viajando del norte y de la costa al centro sur de Túnez hasta la puerta del desierto en Douz. Esas horas en la carretera, con la curiosidad espantando al sueño, me enseñaron a ver de manera distinta el paisaje, a apreciar cómo los campos de olivos con alfombra de trébol eran cada vez más escasos, como lejos de la costa crecen pequeños matorrales cenizos y despeinados y cómo esa tierra seca va dejando de ser terrones para convertirse en arena. Los olivos escaparon por completo, los matorrales fueron desapareciendo también, finalmente lo único que quedaba ante nuestros ojos eran las dunas del desierto. Ante la vista ya conocida de lo que se ve hoy por mi ventana, vuelco la vista hacia el interior: mi paisaje está tranquilo, casi quieto, jugando con la arena que me entró por los ojos como un gato que no se decide a hacer de su juguete una presa.lf.
17:35
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15 enero
Sueño tunecino
Éste es el tercer borrador del blog del día; abrumada por la belleza del viaje carezco de foco y no sé por dónde empezar a escribir. Apostaré por la narración cronológica, corriendo el riesgo de que aquellos que recibirán el fotorreportaje lean lo mismo dos veces. El vuelo Madrid-Túnez dura dos horas. Nuestro viaje sin embargo parecía más largo debido a la gripa que S. llevaba a cuestas. Al llegar tardamos un rato en pasar la aduana, ya sorprendidos por un alfabeto que no podíamos leer y por un francés salpicado de arabismos, fuimos a dar a un aeropuerto pequeño pero con un techo monumental: lleno de azulejos y filigrana en piedra blanca, nos cobijaba ya la belleza árabe. Algunas personas vestían a la occidental, otras a la manera antigua, con lienzos hasta los pies y con velos que ocultaban los cabellos pero no el rostro. Encontramos después de un rato al responsable del tour, nos asignó el autobús 17 y nos indicó en qué parte del estacionamiento se encontraba. Al salir el aire olía a mar y la luna, ambarina y enorme, nos sonreía. Nos acompaño durante las dos horas que tardamos en llegar al hotel que se encontraba en otra ciudad. Cenamos pizza en la habitación ya que todo lo demás estaba cerrado. S. necesitaba dormir, yo necesitaba saber que él dormía. El mar susurraba cuentos en árabe mezclado con francés y la noche estuvo llena de sueños.lf
18:54
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14 enero
"Ser" de viaje
Mi "ser" de viaje se resiste a desaparecer: las imágenes del Sahara, de las playas, de la gente, los sonidos que hacen los dromedarios, las palabras incomprensibles, la oleada del mar, todos insisten y vuelven sin tregua a mi memoria intercediendo por ese "yo" que he sido en Túnez y que ahora no tiene otra opción que cumplir con su pena de muerte. Estas líneas son ya testimonio de su lenta desaparición. Haré lo posible porque sobreviva al menos hoy, quizá lo logre hasta mañana, oleré la maleta que guarda aroma a Túnez, le daré tiempo para existir, un poco más, para existir...lf
8:22
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04 enero
Promesa tunecina
Mañana salgo de viaje a Túnez. Lo poco que he logrado leer del país, las fotografías y los sueños, prometen. No creo tener tiempo para conectarme, de manera que no habrá novedades en este espacio hasta el día 13 o14. Prometo escribir todo lo que pueda también para el blog y colgarlo a mi regreso... Que inicie este año con la sorpresa de los nuevos paisajes, que la sabiduría de nuestros ancestros no nos abandone, que nuestra sangre sea fuerte y longeva, que las enfermedades se marchen y no vuelvan a acercarse, que sea la vida y no la muerte. lf. Sueño un sueño con el dulzor de los dátiles frescos.
23:13

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