viernes, abril 14, 2006

5 al 8 de febrero de 2006

08 febrero
Granada
Queridos todos, mando las bacterias al diablo y me voy de fin de semana a Granada. No prometo escribir estando allá así que no habrá novedades hasta el lunes 13. Pásenla bien. lf.
23:32
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07 febrero
dramatización bacteriológica sobre la preocupación
En vista de que la dramatización bacteriológica se niega a terminar y monta batalla en mi muy mermada garganta, me resigno, y con pañuelo y té en mano, procuro volver al trabajo. A menudo recuerdo a la chica de la agencia de viajes que tras intentar sacarnos el billete para Budapest sin lograrlo se dijo a sí misma "¡Céntrate Isabel!" y volvió a la tarea con suma concentración. Así, yo me siento frente a la computadora o los libros y me digo "¡Céntrate bichito!". Pues el bichito se ha centrado hasta que acabó de transcribir el material que ha recogido hasta ahora para su corpus y después S. le ha venido con que ya le llegó la preocupación por la tesina que tenemos que terminar para mayo. Después de tragarme el sentimiento de culpa por el tiempo que esta enfermedad le ha quitado del trabajo para dedicarlo a ir al súper, traer comida, medicinas y otras cosas, además de hacerme muchos mimos etc., procuro volver a mi racionalidad y analizo el sentimiento de la "preocupación". La verdad es que en estos días no me había preocupado demasiado por la tesina, estaba más preocupada por recuperarme y, antes de eso, por que a mi familia en el hermoso país de las tunas, le salieran bien las cosas que ahora traen entre manos. La diferencia entre la tesina y mi salud junto con lo de mi familia, es que depende más de mi y de mi trabajo que de cualquier otra cosa, sin embargo la salud y los planes de mi familia se escapan de mi voluntad y en gran parte de mis acciones. Es decir, estoy tomando las medicinas, comiendo bien, no exponiéndome al frío y miren: ¡que amanezco sin voz! y con mi familia pues igual, estando yo tan lejos no hay mucho que pueda hacer para ayudarlos en sus planes. En breve, que mi preocupación nace de dos sentimientos: la incertidumbre y la impotencia... s.u.s.p.i.r.o...a.g.r.i.p.a.d.o... bueno, al menos la tesina está en mis manos. ¡Bacterias! ¡Ya dejen en paz a mi pobre gargantúa!!!!lf
22:29
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05 febrero
Pequeña dramatización bacteriológica
Hoy cumplo exactamente una semana de gripa y tos ambas insistentes. Me resigno y empiezo el tratamiento de antibióticos. Según recordaba dichas pastillas me dejaban completamente sin energías pero mis médicos de cabecera me dijeron que no, que debía estar confundida y que esta medicina me caería muy bien, que por fin me curaría. Pues no. Me siento completamente agotada, con los brazos caídos y las piernas que me tiemblan. Me resigno a esta debilidad que me llega a ratos a sabiendas de que toda bacteria, bicho u organismo raro que tenga en el cuerpo, o que haya pensado siquiera en acercárseme, huirá despavorido o morirá. Imagino el exilio: los bichitos que habían creído encontrar un hogar en un rincón de mis vías respiratorias, a un lado de la lengua o en un rincón del cerebro, han recibido hace horas la noticia: "Ha ocurrido un desastre químico. Amoxicilina circulando por el cuerpo entero. Desaloje o prepárese para morir". Las pobres bacterias empacan con rapidez mientras piensan "¿Por qué siempre me pasa esto a mí?" y harán la cuenta de sus mudanzas. Finalmente iniciarán el recorrido por mi cuerpo pensando que es una lástima dejarlo, que les gustaba mucho el color de mis células, y a la vez rezarán al dios de las bacterias para no encontrarse con una dósis de amoxicilina en el camino. Algunas morirán irremediablemente: el veneno químico las alcanzará como un monstruo apestoso que agita un látigo en mano diciendo "¡Éste cuerpo es mío! ¡Éste cuerpo es mío!" Otras, las que tengan suerte, escaparán en un fuerte estornudo. Sólo espero que S. tenga alertadas sus defensas. Vale. Que tengo sed y necesito un kleenex... Pobres bacterias, ¡si tan sólo supieran que no tengo remedio!. lf.
16:36

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