miércoles, abril 19, 2006

Esta tarde,
la amenaza de una gota blanquecina sobre mi hombro,
hermosa como los dientes de un gato,
me conduce:

oídos cerrados... no hay mundo.

Este silencio es una búsqueda de ti,
esta puerta cerrada,
esta noche de murciélagos alimentándose de primavera.

170406 lf

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