domingo, abril 09, 2006

Blogs de octubre de 2005

29 octubre

Despedida

Un ave metálica repite su acto de magia y se eleva en el cielo. Mis ojos incrédulos la miran partir. Tiemblo. Mañana helada de desierto escondido en la niebla. Me hundo, me fundo con ella, soy el horizonte cuyo movimiento se percibe pero no se aprecia con claridad. Las perlas en mis dedos desvelan sus matices ante esta luz. El resto es una lágrima no admitida que insiste en ser paisaje . lf

20:02


25 octubre

Limbo

¿alguien más sueña con las palabras? Estos días de enfermedad he soñado con palabras en todos los idiomas que conozco pero más con el alemán que en realidad no conozco nada. S. viene de clase y me cuenta lo que ha aprendido y me pregunta cosas en alemán, yo hago un esfuerzo y contesto mezclándolo todo, pero algo he aprendido... pues bien en el sueño las palabras se presentaban de forma visual o acústica y yo, pues me relacionaba con ellas, las reconocía, las ignoraba, las miraba o pronunciaba curiosa, les asignaba significado. Puede que hubiese igual número de palabras de todos los idiomas pero acaso recuerdo las alemanas por enigmáticas. Como sea, han sido largos esos sueños de palabras... esta enfermedad, con sus sueños, es como el limbo. lf

18:11

23 octubre

Saudade

Hace una semana comía una hamburguesa con champiñones (que había pedido sin saber qué era) en la cafetería suiza del centro de Lisboa junto con una cerveza preta. Veía a la gente andar de noche, arrastrando su nostalgia, algunos sueños moribundos y otros nacientes. Deseaba un porto o una copita de licor de jinjiña para despedirme pero las compañías se negaron, fuimos por las maletas y al tren. Sin embargo, de tanto respirarla, esa saudade lisboeta se me metió en los pulmones, entre los dedos, en los ojos que hoy sin dejar de ser latinos podrían también ser los de una portuguesa. Al principio pensé que era la gripe de bienvenida al frío (¿sería la tan temida gripe aviar con la cual ahora asustan a todos los europeos y gracias a la cual las cigüeñas de mi pueblo están en huelga y no regresan de África?) pero hoy, al segundo día de mi convalecencia comprendo que de lo que estoy enferma es de una saudade húmeda y profunda. Los recuerdos me inundan los ratos que sentada, con pañuelo en mano, bebo un té en el sofá: las aventuras en Portugal, las casa blancas y las marionetas, el viaje a Francia que no hicimos, los libros que no he leído, los perros y gatos que no puedo tener en este piso. Pero dormida me acechan las saudades más profundas: le doy de comer una baguette que es en realidad un pan azucarado a un mono y un camello que siguen a un bocho en una calle de mi pueblo. Arriba está la casa de mis padres con la reja abierta y la Kiara asomando sus bigotes y mirada felina. Me acompaña F. diciéndome "loquilla" por alimentar a esos animales y comenta que S. se ha adelantado para echarle un ojo junto con mi padre al carrito verde. Calle arriba puedo oler la sopa de verduras de mi madre y escucharla cantar. El sol es brillante, las plantas frondosas. El pequeño paraíso del hogar en lo que otros designan el tercer mundo. Desperté un poco mejor, la sopa de mi madre funciona hasta en sueños, pero como el estómago sigue vacío me animo y voy por unos churros con chocolate para comer en casa, acurrucada en el sillón verde, con S. a mi lado. Me pregunta que por qué tanto suspiro, contesto que sólo así puedo respirar profundamente y sonrío. Sus ojos también tienen saudade, su pecho también suspira. Nos asomamos por la ventana, no le tememos a los murciélagos. Venus es el diamante al final de la tarde.

18:35


20 octubre

Declaración

Estoy enamorada de Lisboa, de la luz dorada, del río que se convierte en mar, de ese olor ligero a sal, de la belleza que declaradamente y casi por decisión, no pertenece al primer mundo, sino a la participación colectiva en la construcción de reflejos imposibles. Los ojos de los portugueses están siempre aquí y en otra parte. Nada tiene una sola dimensión, las paredes son murales de mosaicos, los pisos dibujan mapas, la ciudad toda es un reflejo del sueño del Tajo. Yo también quiero ser soñada por ese río.

11 octubre

Agua

Hay lugares en el mundo en los que las estaciones se notan más por los eventos sociales y culturales como el día de muertos o la navidad que por el clima. Ayer, en este desierto por fin llovió. Tres o cuatro horas de una lluvia primero enfurecida como si con sus goterones buscase abrir la tierra y después fina como arena. Ha llovido lo suficiente como para que la tierra no se bebiese toda el agua durante la noche: ha amanecido mojado. Salgo a caminar. Siento la humedad en la piel, contra la cara, en el frío que se mete bajo la ropa, en el cabello que insiste en rizarse. Me siento como la tierra, contenta, inmensa, plena. Canto bajito "la ciudad se derrumba y yo cantando". lf.


08 octubre

Gatos raros

Hoy fui al Reina Sofía. Visité parte de las exposiciones permanentes que no conocía. No sé nada de arte moderno, antes de ver a Miró, lo despreciaba. Hoy ví unos papelitos cosidos con hilo y colgados, me recordaron a un móvil que hice con fotos y cartas cuando adolescente. Ahora hay cuadros que no entiendo pero que me gustan. Apuesto por callar a la mente, por no hacer caso de la poca cultura que tengo y de recibir la obra sin ideas, ver la obra como si abriera los ojos por primera vez, recién nacida y no pensar en nada, sólo sentir. Ha funcionado con algunas de ellas. Con otras siento frustración por no comprenderlas. Supongo que eso también está bien. Tengo amadas visitas de mi tierra. Me gusta oír su acento, todo lo que cuentan, sentir la familiaridad perdida al ser extranjero. Siento también melancolía, un dolor dulce por los lugares en los que no estoy, por la gente que tengo lejos y a la vez alegría de estar aquí. Somos gatos raros. lf. La imagen es de Motherwell, "Presencia inquietante"


04 octubre

corto

Insumisa, abrumada por esta niebla, quisiera tragar todos los espejos. lf

11:50

02 octubre

Imaginación

En realidad la mitad de lo que vivimos es pura imaginación. lf

19:17

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