viernes, abril 14, 2006

27 enero


Interrumpo las impresiones del viaje a Túnez para escribir como una forma de sobrevivencia. Hoy, después de mucho tiempo de alegría y una vida tranquila, siento una tristeza profunda. Viene no ya con la desesperación de antaño, sino como una vieja amistad que conoce todo de mi historia, la real y la ficticia. Abre la puerta con llave propia, deja el abrigo en una silla, prepara una taza de té y se sienta en el sillón frente a mí. Comprendo que viene vestida de incertidumbre, que es su presencia lo que anunciaba el sueño de anoche, que ha dejado la maleta en la habitación ficticia de los huéspedes. Reconozco sus facciones, su manía de disfrazarse de impotencia o de preocupación. Bebo su taza el té porque aunque ella lo ha preparado, sólo le gusta el café. Sonrío sabiendo que su presencia es necesaria y escribo como una forma de sobrevivencia para recordar que las viejas amistades son siempre bienvenidas en mi casa.lf
16:17

No hay comentarios.: